Carlos Galguera Roiz
Siento una extraña sensación, que percibo con intensidad en estos momentos, e intuyo que bastantes españoles comparten, quizás no solo por estas tierras. Nos sentimos atrapados.
Nuestro gobierno vigente en España ha establecido una línea con ciertos componentes cambiantes, durante los últimos cinco años. Se trata de una altísima confluencia de personas leales al presidente, valías muchas veces cuestionables, sin discrepancias posibles y un conjunto de equipos paralelos, sumisiones extremas…
Todo lo cual, con tres millones y medio de funcionarios, afinidad cuasi “obligada”, ha generado un aparato de respaldo difícilmente abatible…
Si, estamos en alguna medida atrapados por el aparato gubernamental, que está alimentado por un abundante y generoso regadío de prebendas.
Por otro lado, este panorama se ha visto “reforzado” con una oposición sin suficientes arrestos ni adecuadas estrategias, aunque impulsada por una creciente ola de hartazgo, ante demasiadas actuaciones del presidente Sánchez plena de gritos, incoherencias, aproximaciones perversas, falsedades múltiples, trampas multicolores…
Este gran montaje, movido con bastante habilidad y no menos perversión, eludiendo el principio fundamental de gobernar para todos, ha provocado en buena parte de la Ciudadanía esta sensación de atrapados que señalo en el enunciado de esta reflexión.
Vivimos, para complicar más nuestro laberinto, en un montaje de elecciones múltiples, que pretenden encontrar alguna ecuación que avale esta marcha que ha marcado el presidente Sánchez en España y que fomenten una pelea furibunda contra algo que es intragable, según sus postulados, la Derecha y sobre todo, la extrema derecha…
Si, estamos atrapados. Si planteamos algún axioma que, según creen los “progresistas”, está en la sociedad que los contradice, seremos tachados de derechistas, fascistas, fachas…sin traducción real de estos conceptos.
Yo pienso que ni la derecha, ni la izquierda, genuinamente hablando, existen en estas alturas de nuestro desarrollo. Si existen numerosas camarillas, diversos tamaños, incluidos sangrientos arquetipos, poderosos aparatos económicos, no siempre claros, que se aprovechan de viejos y nuevos modelos, para dominar nuestro mundo , plagado de trampas, múltiples tamaños…
¿Atrapados…?
Un movimiento amplio y profundo es requerido, encontrar las verdaderas salidas al laberinto es nuestro Gran Reto, se podrían encontrar pistas, o cerrar los Grandes Portones…
Confiemos encontrar el primer camino.