Teresa Gil
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Es curioso que el pasado 21 de enero que terminé de leer el libro Paraíso del Nobel tanzanio 2021, Abdulrazak Gurnah, coincida con los 61 años del inicio de la televisión a color en México, con un programa llamado Paraíso infantil. Fue el 21 de enero de 1963. El libro trata de un niño, Yusuf, entregado por su padre a un mercader explotador, como pago de un fuerte adeudo. El programa de Telesistema Mexicano pasado por el canal 5 bajo la frecuencia XHGC, carece de registro a color, pero sin duda cumplía con los requerimientos del creador de ese sistema Guillermo González Camarena, quien pidió que el inicio de su invención fuera con un programa infantil. El amaba a los niños. Pero ese inicio tan significativo ¿Se habrá estrellado en los deseos del inventor, cuando en etapas posteriores fuimos viendo el esquema que dibujaba aquel sistema y después Televisa, en los programas para niños. Violencia, en persecución, agresión, caricaturas de personajes extranjeros que llenaron las pantallas de la televisión mexicana casi siempre en una lucha a muerte entre personajes que eran presentados como simpáticos. En ese sentido, pese a la modernidad ofrecida, frente a lo que veía Yusuf, la misma violencia y miseria y el peligro de la vida, no había diferencia. El había sido vendido como esclavo y los niños mexicanos fueron reflejados en algunos canales, esclavos de una imposición que reflejaba y refleja, al poderío de los medios frente a la víctima.
ABDULRAZAC DESCRIBIÓ EN PARAÍSO, LO PROFUNDO QUE ESCONDE LA BELLEZA
Leer Paraíso (Penguin Random House Editorial, Narrativa Salamandra 2022) es penetrar en una belleza extraordinaria, en un mundo paradisíaco en su evidencia, pero que esconde los más profundos dolores del mundo africano, aún en este momento. Jardines, plantas maravillosas, atardeceres, montañas extraordinarias, pero personajes cercenados en su voz y su mirada y sus vidas. Y en días que coincidían en sus olores y perfumes, frente a una esclavitud moderna, denigrante, suciedad en el cuerpo y en la ropa y aposentos miserables. La descripción es sencilla, pero de una gran fuerza y belleza y presenta todo el círculo viviente de la novela, de manera natural, como si no hubiera nada atrás. Como si las vida, de Yusuf y Jhalil, el otro personaje, tendero del mercader que cuida la estirpe, pero que es el que exhibe del autor las verdades más evidentes, fueran seres comunes de una tiendita mexicana. El recorrido que hace Yusuf por toda la parte africana que se va describiendo en ese paraíso, padece los mismos problemas, ignorancia, apoderamiento de pequeños liderazgos y sobre todo, las creencias que controlan la vida de la gente y la insistencia en Gog y Magog, monstruos imaginarios, en peligro de presentarse.
EL NOBEL GURNAH ENVÍA MENSAJE SOBRE LA POBREZA AFRICANA
Abdulrazak Gurnah nació en 1948 en Sultanto Zanzíbar, pero vive desde hace tiempo en Inglaterra, que como ha hecho con otros premios Nobel, se ha apoderado de éste. Su obra cumbre, Paraíso, fue lanzada desde 1994, por ello resulta sorprendente que se haya hecho famosa hasta el 2022 cuando fue lanzada a nivel mundial. Y es que como suele a veces suceder con los intelectuales de países pobres, solo un milagro los descubre. El tanzanio ha sido una grata sorpresa, ya que el paraíso que nos describe, en el fondo, con su mensaje cifrado, nos advierte de la forma como viven muchos pueblos en África.