Carmen Lila Romero / Círculo Latino de Estudios Internacionales (CLEI)
*Son demográficos, sociológicos y económicos.
*Niveles de desarrollo para calibrar disparidades.
*En el siglo XIX, primeros análisis de Ernesto G. Ravenstein.
*Situaciones de alta movilidad y adscripciones difusas.
*Los enfoques amplios e incluyentes de Todaro y Borjas.
A continuación y para dar idea y contexto a la comprensión de los éxodos humanos, existen tres tipos de enfoques: macro, micro y medio, tratando de esta manera de entender los aportes que cada uno de ellos hace, a su manera, a la comprensión de las migraciones.
El enfoque demográfico es característico de este nivel de análisis, poniendo el acento sobre las disparidades en cuanto al desarrollo poblacional entre diversas regiones y países, y esta es, sin duda, la base de todo análisis serio de los fenómenos migratorios que alcanza una importancia cuantitativa ya que nos da una visión general sobre la existencia de un potencial o de una demanda migratoria.
Esto se relaciona, en general, con la fase en que diversas zonas del mundo se encuentran en la así llamada “transición demográfica”, es decir, en los cambios en la relación entre la tasa de natalidad y de mortalidad que explican la gran expansión demográfica de los últimos dos siglos.
En este sentido, las sociedades europeas han entrado en una fase pos transición demográfica, en que esta tiende incluso a revertirse en el sentido de que la tasa de mortalidad supera a la de natalidad, generando por ello un decrecimiento poblacional.
El contraste más palpable con esta situación la encontramos en el continente africano, donde el diferencial entre natalidad y mortalidad es, a pesar de las altas tasas de mortalidad, muy grande, dando origen a un extraordinario incremento poblacional.
Así por ejemplo, entre 2010 y 2050 la Comisión de Naciones Unidas para la Población pronostica una caída en la población en edad activa (15 a 64 años) europea de un 20 % (de 500 a 398 millones) mientras que la africana más que se duplicaría (de 581 a 1310 millones).
Estas diferencias tan evidentes le dan de por sí una posición mucho más competitiva en su mercado de trabajo a la población en edad activa que se encuentra en Europa respecto de aquella que se encuentra en África.
Esto debe, por supuesto, combinarse con la disposición de recursos naturales y el nivel de desarrollo alcanzado para poder calibrar con mayor exactitud el significado de las disparidades demográficas existentes.
Un enfoque sociológico macro es aquel que acostumbra llamarse “paradigma de la modernización”, que asocia las migraciones con procesos de cambio socioculturales que predisponen a aumentar la movilidad humana.
Se pasaría así de una situación de mayor sedentariedad y fuerte adscripción al entorno local, propia de una “sociedad tradicional”, a situaciones de alta movilidad y adscripciones difusas a distintos niveles, propia de una “sociedad moderna”.
Estos cambios potenciarían primero las migraciones internas y, en particular, el proceso de urbanización, para luego pasar a una fase de migraciones de más largo alcance incluyendo las internacionales.
Sobre el enfoque económico, la economía ortodoxa o “economía neoclásica” ha acentuado las diversas dotaciones de factores productivos (recursos naturales, trabajo, capital, etc.) en diversas áreas y países, lo que da una retribución económica diferente al uso de esos factores.
Los primeros análisis aplicados al enfoque de las migraciones fueron realizados por Ernest George Ravenstein a fines del siglo XIX, que han dado origen a las así llamadas “leyes de Ravenstein” que publicó las “Leyes de Migración” (The Laws of Migration).
En ellas, el factor económico juega un papel importante porque el deseo de los seres humanos consiste en mejorar las condiciones materiales de vida; por tal motivo, existe una tendencia de migrar hacia áreas más desarrolladas, tomando en consideración la ubicación geográfica de los migrantes.
Los economistas Michael Todaro y George Borjas han desarrollado posteriormente este enfoque de manera amplia e incluyente en el caso de las migraciones la abundancia de fuerza de trabajo en relación con otros factores productivos, que potenciaría la emigración debido a los bajos salarios de un trabajo superabundante.
Por su parte, regiones con, por ejemplo, mucho capital o tierra en relación con la población activa disponible tenderían a generar unos ingresos más altos al trabajo y ser, por ello, atractivos como lugares de inmigración.