martes, noviembre 26, 2024

Industrialización y privatización en el Corredor Interoceánico

Luis Alberto García / Matías Romero, Oax.

  • Diagnóstico del grupo interdisciplinario Colectivo GeoComunes.
  • La tierra, el agua y la energía, insumos indispensables.
  • En mayo de 2022 empezaron a difundirse estos documentos.

 

“Corredor Interoceánico: industrialización y privatización de tierras” es el título de un compendio de trabajos que, metodológica y ordenadamente pretende documentar los efectos que, sobre los bienes comunes de regiones de Oaxaca y Veracruz, se empiezan a observar con el despliegue del proyecto en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT)

Colectivo GeoComunes, responsable del documento, pone énfasis y atención a tres bienes comunes esenciales para la vida y cultura de la región, pero que también son insumos indispensables a la instalación de actividades industriales: la tierra, el agua y la energía.

Analiza cómo se genera un proceso de industrialización y el efecto que causa en la privatización y especulación de la tierra, conllevando un cambio profundo en el uso que tienen en las comunidades de Veracruz y Oaxaca que hoy las poseen.

El proyecto de CIIT prevé, en una primera etapa, la instalación de diez Parques Industriales (cinco en Veracruz y cinco en Oaxaca) llamados oficialmente Polos de Desarrollo para el Bienestar (PODEBI).

Esas superficies son indicativas, ya que luego pueden variar entre distintos documentos, y a este listado se agrega el PODEBI de San Blas Atempa en Oaxaca, un polo de desarrollo que, si bien no aparece en los últimos documentos oficiales del CIIT, corresponde a un caso donde se llevó a cabo un proceso de consulta

Éste fue para la instalación de un parque industrial, en la comunidad de Puente Madera, que ha generado un rechazo generalizado y anérgico de la población por las simulaciones e irregularidades en ese proceso de consulta para la aprobación del parque.

Entre los diez polos industriales que se pretenden instalar en el Corredor Interoceánico, en San Blas Atempa, se tiene proyectado instalar uno de ellos; pero, con argumentos que no les han tomado en cuenta, los grupos ciudadanos organizados están en resistencia.

Cuatro de estos parques tienen los terrenos adquiridos, mientras que los demás siguen en proceso de negociación con los dueños de la tierra, que son principalmente núcleos agrarios, y por ello el proceso de negociación.

Ese conjunto de acuerdos sería necesario para la posible venta de terrenos para seis parques; pero pone en riesgo de privatización de 1,566 hectáreas de tierras ejidales y 866 hectáreas de tierras comunales, principalmente ubicadas en el sur del istmo.

En la elaboración de este diagnóstico participó GeoComunes, que toma en cuenta la superficie directamente afectada por los diez Parques Industriales planeados; pero “se trata de 3,542 hectáreas, y a esto hay que sumar las 334 hectáreas del polo proyectado en San Blas Atempa, Oaxaca, considerando que el de Jáltipan, Veracruz, aún no especifica superficie”.

Además, en un documento oficial del CIIT se menciona que se estima una demanda de suelo para industrias de 15,700 hectáreas en la región, lo que representa 4.5 veces más que la superficie anunciada para esos parques industriales.

Esto se explica por el hecho que a los primeros parques industriales, llamados zona primaria, se planea sumar posteriormente otros parques (diez en Oaxaca y nueve en Veracruz) en lo que, en el documento oficial, llaman zonas “secundarias” y “marginales”.

Si la implementación de Parques Industriales para las zonas “secundarias” sigue siendo a lo largo de las vías del tren Coatzacoalcos – Salina Cruz, para las zonas “marginales” se expande hacia otras zonas istmeñas, principalmente hacia pueblos cercanos a las vías del tren en proceso de rehabilitación.

Esto es, entre Coatzacoalcos y Palenque, para conectarse con el Tren Maya (como Agua Dulce o Las Choapas), o entre Ixtepec y Tapachula (como Unión Hidalgo o Chahuites); pero llama la atención que los Parques Industriales previstos en la zona de los Tuxtlas (San Andrés Tuxtla y Catemaco), regiones que quedan alejadas de las vías del tren, se pretenden conectar con la llamada modernización, ampliación y rehabilitación de distintas carreteras.

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