martes, mayo 14, 2024

Las raíces rusas del rey de Inglaterra Carlos III

Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia

*La familia real británica está más que relacionada con los Romanov.
*Los dos padres Carlos III estaban emparentados con los zares rusos.
*Jorge V de Inglaterra y Nicolás II de Rusia eran idénticos,
*Todas las familias reales europeas pertenecen a las mismas familias.
*La reina Victoria es considerada la “abuela de Europa”.

La mayoría de las familias reales europeas -los royals, como suele llamárseles- están emparentadas y tienen una larga y complicada red de parentesco, especialmente los Windsor del Reino Unidos de la Gran Bretaña y los Romanov de la antigua Rusia, sin que ello hubieses sido posible sin la participación de la reina Victoria, conocida como la “abuela de Europa”.
El bisabuelo materno del nuevo rey Carlos III, Jorge V, era nieto de la reina Victoria, y Nicolás II, el último zar de Rusia hasta 1917, estaba, al mismo tiempo, casado con otra nieta de Victoria, Alix de Hesse, o Alexandra Fiodórovna en la tradición rusa.
Al mismo tiempo, el rey Jorge V, era primo de Nicolás II y sus madres, Alexandra de Dinamarca y María Fiodórovna (Dagmar de Dinamarca), eran hermanas; y físicamente estos dos hombres de la realeza se parecían increíblemente, eran casi idénticos, podrían pasar por gemelos.
Ambos tenían una relación bastante estrecha y, después de que los bolcheviques fuskilaran en Ekaterimburgo a Nicolás II y a toda su familia en julio de 1918, Jorge V escribió en su diario “Fue un asesinato repugnante. Sentía devoción por Nicky, que era el más amable de los hombres y un caballero cabal: amaba a su país y a su pueblo”.
¿Y qué hay de la línea paterna del rey Carlos III? También hay en ella fuertes raíces rusas, puesto que su abuela paterna (la madre del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de Isabel II) era la princesa Alicia de Battenberg, sobrina de la emperatriz rusa Alexandra Fiodórovna, al tiempo que Alicia era prima segunda de Nicolás II.
Por su parte, el abuelo paterno de Carlos, el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, también era descendiente de los Romanov (¡e incluso sirvió en el ejército ruso!), mientrfas Nicolás I de Rusia era abuelo de la madre de Andrés, Olga Konstantínovna, reina consorte de Grecia.
Representantes de la línea paterna de Carlos eran griegos ortodoxos, y del príncipe Felipe, su padre, fue cristiano ortodoxo hasta que se casó con la reina Isabel en 1952, a la muerte de Jorge VI, a quien sucedió.
Así que Carlos III también siente una profunda simpatía por la Iglesia ortodoxa rusa y es bien sabido que ha peregrinado al Monte Athos en Grecia, famoso por sus monasterios, santos y milagros, heredados a la antigua Rusia a través de la prédica de los monjes Cirilo y Metodio.
Hubo rumores de que Carlos de Windsor incluso había sido bautizado en la ortodoxia rusa, sin embargo, su estatus no le permite convertirse de la Iglesia anglicana a otras religiones, como lo establece el protocolo de la genealogía británica.
Según algunos medios de comunicación británicos, hay iconos ortodoxos colgados en las paredes de la residencia de Carlos en Highgrove, evidencia de la empatía que el hijo de Isabel y Felipe tiene por sus antepasados rusos.
En 1994, Carlos viajó a San Petersburgo invitado por el alcalde de la ciudad, Anatoli Sobchak. Y entonces el Príncipe visitó la fortaleza de San Pedro y Pablo -donde están enterrados todos los Romanov- y paseó por la ciudad.
En 2003, Carlos realizó otra visita a Rusia, viajó a San Petersburgo y visitó la casa de campo de de Peterhof, una más entre las muchas antiguas residencias de los zares rusos.
Después, el futuro Carlos III se dirigió a las islas rusas de Solovkí, en el Mar Blanco, donde se encuentra el famoso y antiguo monasterio de Solovetski, del que el monarca solía decir que soñaba con visitar este santuario ortodoxo.
También conmemoró a las víctimas del campo de prisioneros –Gulag- de Solovetski inhumadas en época soviética en los muros del monasterio, plantando arbolitos de abeto siberiano en el callejón conmemorativo.
En la boda de su hijo y de Diana de Gales, el príncipe Guillermo, los periodistas observaron que había iconos ortodoxos presentes en la ceremonia, o cual se consideró un homenaje a todos los familiares ortodoxos del príncipe Felipe y, por supuesto, del mismo Carlos, quien no ha podido dejar de lado el llamado de la sangre rusa mezclada con la de Inglaterra y muchas otras.

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