CIUDAD DE MÉXICO/SemMéxico.- En el contexto de un envejecimiento poblacional acelerado en América Latina y el Caribe la demanda de servicios a largo plazo plantea a los gobiernos enormes desafíos en materia de políticas públicas, poniendo en el centro en la situación de las mujeres.
Son las mujeres quienes absorben la carga de cuidados de la infancia y las personas mayores, advirtió el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).CEPAL, José Manuel Salazar Xirinachs.
Desde la CEPAL se hizo un llamado a promover el envejecimiento saludable de la población y ofrecer a todos, especialmente a los grupos de menor ingreso, acceso a sistemas de salud y protección social que reduzcan el impacto de la mayor demanda de cuidados sobre las familias.
En el “Lanzamiento del Observatorio Demográfico 2024” de la CEPAL se da a a conocer que en 2024 la población de América Latina y el Caribe alcanzó los 663 millones de personas, un 3,8% menos de lo que se había previsto en el año 2000, lo que ha significado un aumento en la edad mediana de la población a 31 años.
La natalidad se ha reducido más rápidamente de lo esperado a comienzos de siglo y no se preveía el aumento de la mortalidad por COVID-19 o el incremento de los movimientos migratorios.
El cambio de la estructura por edades de la población y la caída persistente de la fecundidad hacia niveles inferiores a los de reemplazo plantean desafíos que se suman a los ya existentes en América Latina y el Caribe en materia de desigualdad socioeconómica y de acceso a bienes y servicios del Estado.
El envejecimiento incide en todos los ámbitos de la política pública y, sobre todo, conlleva un aumento de la demanda de servicios de cuidados de largo plazo, en particular a las personas de 80 años que demandan mayores cuidados.
En 25 años la población mayor será el doble que hoy
Se prevé que, en 2050, cerca del 18,9% de la población regional estará integrada por personas mayores de 65 años, aproximadamente el doble de la proporción que se observa en 2024 (9,9%). Esto significa un aumento desde los 65,4 millones de personas mayores de 65 años en 2024 a un estimado de 138,0 millones en 2050.
En general, las mujeres son las que asumen la carga de los cuidados, lo que muchas veces implica su salida de la fuerza de trabajo, aunque la caída de la fecundidad conlleve una reducción de la necesidad de cuidar a niñas y niños, el aumento relativo de la población de 65 años o más (y sobre todo de 80 años o más) puede conducir a que quienes cuidan deban afrontar una mayor carga de cuidados en el futuro si no se presentan soluciones que permitan satisfacer la demanda.
La demanda de cuidados varía entre los distintos países de la región y lo mismo ocurre con el modo en que esa demanda ha evolucionado desde 1950 hasta 2024 y con el modo en que se prevé que evolucionará hacia el futuro. Por ejemplo, se observa que en los países donde el envejecimiento ha sido más acelerado, como Chile, Costa Rica y Cuba, la carga de cuidado ya ha aumentado de forma considerable en la década actual. Ese aumento puede ser preocupante en el futuro, ya que la dinámica de inserción laboral de las mujeres ha cambiado de manera significativa y es difícil, y para nada deseable, que las mujeres de hoy en día asuman cargas de trabajo similares o superiores a las que asumían las mujeres del pasado.
Menor ritmo de crecimiento de la fuerza de trabajo
Por otra parte, estimaciones para el período 1980-2023 reflejan un aumento de la cantidad total de personas en la fuerza de trabajo en América Latina, sobre todo en las áreas urbanas. Las proyecciones para el período 2024-2050 indican, además, que este aumento continuará en los años venideros, si bien con un menor ritmo de crecimiento.
Según el Observatorio Demográfico, en 2024 hay cerca de 332 millones de personas en la fuerza de trabajo de América Latina, y cerca de 274 millones se encuentran en las áreas urbanas. La fuerza de trabajo urbana seguirá aumentando hacia 2050, cuando ascenderá a 337 millones de personas, de un total de 395 millones. En la misma línea, se prevé que el crecimiento de la fuerza de trabajo rural se estanque, lo que ya se observó en la última década.
La acelerada transición demográfica ha provocado grandes cambios en la estructura por edades de la población de la región. En 1950, alrededor del 41% de la población tenía menos de 15 años; hoy en día, esa proporción se ha reducido al 22,5%. Al mismo tiempo, la población adulta de entre 15 y 64 años pasó de constituir el 55,6% del total de la población en 1950 a representar el 67,6% en 2024.
AM.MX/fm