sábado, abril 20, 2024

TOQUE DE CRISTAL. Ramón Márquez C.

Breve historia de amores que vuelven a nacer: el codazo en el rostro le partió la ceja derecha y facilitó el robo: cuando Dani Cubero –primer violinista del Qvxiote Quartet- recuperó el conocimiento se dio cuenta de que en sus manos sólo había sangre. A plena luz del día, y en una de las calles más frecuentadas de Barcelona, un ladrón le arrebató un violín –“que me costó todos los ahorros de mi vida”- fabricado en 1740 por el orfebre checoslovaco Johannes Eberle, especializado en imitar los violines de Cremona –escuela en la que maestro fue Antonio Stradivari-. ¿Cómo podía imaginarlo Cubero?… Durante más de siete meses, el violín, valuado en 40 mil euros fue rematado en una tienda de segunda mano a cambio de siete euros. Lo demás parece ficción: un clarinetista amigo de Cubero, que sufrió el robo de dos clarinetes, dedujo que los costosos instrumentos sólo podían ser revendidos en alguna tienda de segunda mano. No encontró sus clarinetes, pero sí el violín de Cubero, le tomó fotografías y las envió a su amigo. Cubero dudó: ¿debo comprarlo o dar aviso a la policía? Optó por lo segundo e hizo una cita con un agente: a tal hora en el local. Pero la policía no apareció, el local estaba cerrado, y Dani Cubero sufrió otro duro golpe: el de la decepción. No podía saber, ¿cómo?, que el tendero se alarmó con la visita del clarinetista, se metió de cabeza en la computadora, descubrió una nota periodística acerca del robo, se alarmó y llevó el violín a una comisaría. Minutos después, Cubero escuchó en su celular la voz de un detective: “señor Cubero, hemos recuperado su violín”. Ojo: aun en estas épocas casi desgarradoras –o sin el casi- todavía hay historias que nos devuelven la sonrisa.

Ramón Márquez C.

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