martes, abril 23, 2024

TEMAS CENTRALES: Los desatinos de un Presidente improvisado

Miguel Tirado Rasso
mitirasso@yahoo.com.mx

El Presidente norteamericano Donald Trump no cumple aún 150 días en el cargo (lleva 147 días y contando) y, por sus desencuentros diplomáticos, sus comentarios desafortunados, sus actitudes caprichosas, sus contradicciones, sus órdenes ejecutivas fallidas y demás desatinos en el ejercicio de gobierno, lejos de cumplir con su lema de campaña “Vamos hacer América (Estados Unidos) grande otra vez”, lo que está logrando es restarle liderazgo a su país, despertando una antipatía mundial hacia su gobierno.

No acaba de sorprendernos este personaje que puede llegar a extremos insospechados como lo vimos en su primera gira internacional que él calificó de “grandes resultados”, en donde fue evidente su desconocimiento de la política internacional y su descortesía y desprecio por los protocolos elementales del mundo de la diplomacia. Seguramente que la Canciller alemana, Angela Merker, la primera ministra británica, Theresa May, el Papa Francisco, el flamante Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y algunos otros presidentes y Jefes de Estado afectados por su protagonismo y arrogancia, no comparten el optimismo del estadounidense.

Y es que hubo malestar por su intervención en la cumbre de la OTAN, en donde al mandatario norteamericano lo venció su esencia empresarial sobre su calidad de mandatario de la primera potencia mundial, al reclamarles a los miembros de esa organización, como tema destacado de su discurso, el incumplimiento en sus aportaciones económicas, dejando “para después” la decisión sobre la posición de su país ante la cláusula de la defensa colectiva que plantea el deber de asistencia mutua entre aliados. (Cláusula V de la Alianza Atlántica). Para el magnate inmobiliario, el tema de las cuotas de los miembros del organismo, fue más importante que el del compromiso solidario de defensa entre las naciones. Esto es, la forma sobre el fondo.

Y, si bien, ocho días más tarde comunicó su aceptación con la cláusula V, a todos les quedó claro que la inconsistencia en el estilo del Presidente Trump, no da buenas expectativas ni lo hace confiable. A esto habría que agregar el anuncio sobre el retiro de los EUA del Acuerdo de Paris, que se refiere a la lucha contra el cambio climático. “Por las cargas financieras y económicas impuestas a su país”, expuso como argumento el mandatario de aquella nación.
Y en esto, tanto a nivel mundial como al interior de la Unión Americana, hubo decepción y molestia, por lo que implica que la máxima autoridad del país que más contribuye a la contaminación mundial, según estudios de la Universidad de Harvard, se niegue a reconocer, ya no la gravedad, sino la existencia misma del problema y, simplemente, se deslinde del acuerdo climático.

A nivel local, Donald Trump tampoco las trae todas consigo. Aunque alega que hay un campaña de desprestigio en su contra (¿a quién nos recuerda esa frase?) y que ningún presidente de esa nación ha sido tan injustamente mal tratado por la prensa, la realidad es que todos los días el personaje da material para nuevas críticas que ponen en duda, cada vez más, su capacidad para gobernar.

Eso, además de las pesquisas que se siguen sobre las relaciones incómodas de algunos de sus más cercanos colaboradores con altos funcionarios rusos, durante su campaña electoral, ha puesto a temblar su posición en el cargo, que sólo se sostiene por el control que el Partido Republicano tiene en el Congreso.

Hace una semana se dio la esperada comparecencia del ex director de la FBI, James Comey, ante el Comité de Inteligencia del Senado. A Comey lo despidió Trump, sin que quedaran claras las razones de su decisión, por lo que la sospecha de que algo habría tenido que ver en esto la investigación que la FBI realizaba sobre la intervención rusa en la pasada campaña presidencial, queda flotando en el ambiente.

Lo menos que dijo el ex funcionario cesado, es que el Presidente le había pedido que dejara pasar la investigación sobre su ex asesor de seguridad Michael Flynn y sus vínculos con los rusos, lo que él interpretó como una orden del Presidente, según señaló. Si esto se llegara a considerar como obstrucción a la justicia, delito previsto en la legislación de ese país, Donald Trump estaría en serios problemas que podrían llevarlo hasta su destitución.

Hace dos días le tocó al procurador de Justicia, Jeff Sessions, enfrentar al Senado sobre el controvertido tema del “russiangate”. El ex senador republicano por Alabama se negó a responder las preguntas de los senadores sobre sus conversaciones con el Presidente Trump, alegando que se trataba de conversaciones privilegiadas. Esa actitud sólo ha aumentado la sospecha, de los legisladores demócratas, de que hay algo que se quiere ocultar, y acusaron al funcionario de bloquear la investigación sobre la interferencia de Rusia en el proceso electoral. Así pues, las investigaciones sobre este tema siguen avanzando y no se ve el final.

Desde luego que la posibilidad una destitución es remota, aunque no imposible. Por lo pronto, los políticos republicanos defenderán a su presidente a capa y espada hasta que su carga llegue a ser demasiado pesada y gravosa para el futuro político del partido y, teniendo en cuenta que el año que entra habrá elecciones legislativas en los EUA, evaluarán que les conviene más para no perder la mayoría que actualmente tienen en el Congreso. Entonces, el destino de Trump quedará sellado.

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