jueves, marzo 28, 2024

TAL CUAL: Maduro y la migración venezolana

Luis Carlos Rodríguez González

Ustedes saben que las navidades para nosotros son especiales y este 2018 van a haber navidades más especiales y más felices que nunca antes”, declaró hace unos días el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

No sabemos este vaticinio tenga una dosis de humor negro, de cinismo o simplemente del populismo que busca por decreto borrar la crisis económica y social que viven millones de venezolanos todos los días, que buscan sobrevivir, llevar algo de comer a sus casas y que en promedio ha provocado que sus habitantes hayan bajado 11 kilos de peso en el último año.

Tal vez el ex chofer y ex ayudante del presidente Hugo Chávez piense que con su promisoria declaración van a regresar más de 2 millones de venezolanos que han huido de ese país en busca de alimentos, de medicina, de trabajo, de seguridad para sus familias.

En algo no se equivoca Maduro. Para los venezolanos la navidad, como para casi todos los latinoamericanos, es la festividad más importante.

Me tocó vivir en Caracas la navidad en el año 2000 y todo era fiesta, con la música de las gaitas venezolanas, los villancicos, la preparación de las hallacas –especies de tamales de mariscos y otras carnes-, así como los especiales de Radio Caracas Televisión, Televen o Venevisión que competían por las audiencias con jingles, mensajes o canciones navideñas, todos con los mejores actores, modelos y cantantes.

En las calles, aún en los barrios populares o más pobres como Petare, así como en zonas residenciales como Las Mercedes o Los Palos Grandes, la rumba, el Ron Cacique, el Whisky o por lo menos la cerveza Polar era lo común para brindar, aún con sus marcadas diferencias sociales y económicas.

Pero la llamada “V República” del Chavismo realizó el milagro. Terminó con las diferencias sociales y económicas, ahora todos son pobres. Lo mismo chavistas, bolivarianos, opositores y “oligarcas” como los llamaba Hugo Chávez.

El reciente reportaje trasmitido por Televisa y que presentó Carlos Loret llamado “Ya Más Nada. El Éxodo de Venezuela”, es un compendio de historias, de crónicas que retratan con crudeza, con esperanza, con dolor, el por qué y el cómo están huyendo al menos 2 millones de la República Bolivariana de Venezuela.

Un joven que empuja por más de 500 kilómetros a su padre en silla de ruedas por una congelada carretera. Un padre que junto con su esposa huyen caminando de la pobreza junto con sus dos hijas pequeñas a quienes les dicen que están de vacaciones para ocultarles la tragedia de esta migración como si fuera la versión venezolana de “La Vida es Bella”.

La Caracas y la Venezuela que conocí en el 2000 ya no se parece en nada a la tragedia humanitaria y migratoria actual. Chávez, con todos sus defectos, era una persona pensante, que al menos contuvo esta crisis. Además le tocó aún administrar el boom petrolero, aunque lo dilapidó con programas sociales y corrupción.

Hoy Nicolás Maduro se aferra al poder, inventa complots en su contra, continua con la corrupción en su gobierno y sigue culpando a Colombia, Estados Unidos y hasta México de la crisis económica, social y política que se vive. Nadie sabe cuál será el destino de millones de venezolanos que por su grado de marginación ni siquiera tienen fuerza para huir. Atrás quedó la Gran Caracas y sus alegres navidades. Hoy sólo queda la demagogia y las promesas de un dictador populista. Tal Cual.

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