jueves, marzo 28, 2024

SIN LÍNEA: Pensiona IMSS a discapacitado de por vida con ¡245 pesos al mes!

José SÁNCHEZ LÓPEZ   

PODRÍA decirse que un caso más de IATROGENIA (daño a la salud causado por un mal procedimiento médico), como muchos otros, es sólo  un acto irresponsable del galeno que no alcanza a dimensionar el terrible daño que causa a su paciente y en el caso que nos ocupa, a un recién nacido al que destryó la vida desde el instante en que nació, pero si a ello añadimos la actuación asumida por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en cuanto a la reparación del daño, entonces, en apego estricto al castellano, sólo podemos decir…

¡Qué escazes de progenitora!  

Y quizá el epíteto no resulte suficientemente descriptivo para definir la irresponsabilidad, cinismo e impunidad de ciertos médicos y personal de la institución, con sus honrosas excepciones.

¿Qué por qué? Juzgue usted mismo.

 Hace 41 años, el señor XAVIER APODACA FIERRO, de 28 años, de oficio carpintero, acudió junto con su esposa, que estaba a punto de dar a luz, a la clínica del IMSS en Los Mochis, Sinaloa.

La mujer fue “atendida” y nació el pequeño JOSÉ ALFREDO APODACA ÁLVAREZ. Sólo que no lloró inmediatamente ni tampoco respiró enseguida, como en cualquier parto normal.

Pero no les dijeron nada a los padres.

Cuando JOSÉ ALFREDO tenía siete meses, sus padres de llevaron al Hospital del Niño, en la Ciudad de Méxixo, donde tras examinarlo y practicarle varios estudios, le diagnosticaron severo daño cerebral originado por la mala atención durante el parto, afectación que hasta la fecha lo mantiene postrado, convertido en un vegetal.

Los padres regresaron a Los Mochis para reclamar, pero les dijeron que el bebé había nacido con Síndrome de Down y que no había nada más qué hacer.

La ignorancia y el desconocimiento de sus derechos, hizo que el señor APODACA aceptara lo dicho por los médicos de la clínica.

Cuando JOSÉ ALFREDO tenía 13 años de edad, su mujer lo abandonó y a partir de entonces se hizo cargo, por completo, de su hijo.

Tuvieron que transcurrir cuatro décadas más, a la edad de 68 años, cuando al regresar a la referida clínica para tramitar su pensión por cesantía y vejez, se enteró que por la negligencia del personal médico, su hijo tenía derecho a la atención médica de por vida y a una pensión que le permitiera sobrevivir de una manera digna, dadas sus condiciones de salud.

Al señor APODACA, porque dejó mucho tiempo de cotizar, de acuerdo a lo señalado por el IMSS, lo pensionaron con 2 mil 350 pesos al mes.

Para reclamar la reparación del daño de su hijo, ya de 41 años de edad, fue necesario que contratara un abogado, en este caso el licenciado MARCO ANTONIO GARFIAS, que anteponiendo su sentido humanitario, ofreció representarlo sin cobrarle nada y comenzó su lucha.

Por más de un año, tras engorrosos trámites, audiencias y trabas burocráticas, el IMSS aceptó “pensionar” a JOSÉ ALFREDO, con…¡235 pesos al mes! Equivalentes al 10 por ciento de la pensión de su papá.

Es lo que le corresponde, argumenrta el instituto.

La jefa del departamento de supervisión de la delegación del IMSS en Sinaloa, REYNA MIRIAM RUBIO, dijo que las pensiones otorgadas a don XAVIER y JOSÉ ALFREDO fueron conforme a las semanas cotizadas, porque así lo marca la ley del Seguro Social.

Al ser cuestionada sobre si JOSÉ ALFREDO tiene derecho a pensión e indemnización por parto mal atendido, respondió:

–Tienen una pensión garantizada que se otorga en términos de ley para beneficiar (¡¡¡¿¿¿???!!!) a los hijos que tienen una capacidad diferente o que no pueden valerse por sí mismos.

Pero en este caso, fue sobradamente demostrado que esa incapacidad fue causada por la negligencia del personal médico que no atendió el parto debidamente y no porque el bebé hubiera nacido con algún padecimiento.

El abogado GARFIAS, que dice seguirá el caso hasta sus últimas consecuencias, afirma que pese a que ya transcurrieron 41 años, legalmente puede obligarse al IMSS a que se haga cargo de JOSÉ ALFREDO.

“Yo sólo quiero una pensión justa para mi hijo, que le permita vivir dignamente, sobre todo cuando ya no esté”, dice el señor APODACA.

“Dura lex, sed lex” (dura es la ley, pero es la ley), reza el aforisma, aunque infortunadamente sólo parece ser aplicable a los más débiles, a los desprotegidos.***LOS MÉDICOS SON LOS ÚNICOS QUE PUEDEN DARSE EL LUJO DE ENTERRAR SUS ERRORES.***AU REVOIR.

                                                                                     joebotlle@gmail.com

Artículos relacionados