Reiterado llamado de comerciantes del C.H. a Raymundo Collins
José SÁNCHEZ LÓPEZ
AL ser designado como coordinador del Movimiento de Regeneraciópn Nacional en la Cámara de Senadores, RICARDO MONREAL ÁVILA, conocido coloquialmente como “El SúperMonrris”, porque dicen que cuando fue delegado en la Cuauhtémoc desactivó una bomba con la hebilla de un cinturón prestado y salvó a la comunidad, llegó con la espada desenvainada a su nuevo cargo y, al estilo de su amigo ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, aseguró que acabaría con toda clase de privilegios de los legisladores.
“No puede haber un Senado rico para un pueblo pobre. Se acabó la casa de los privilegios”, vociferó el político zacatecano y se lanzó al ruedo con afirmaciones que, de resultar ciertas, indudablemente que serían aplaudidas por la ciudadanía.
Dijo tener ya un plan: austeridad presupuestal, rendición de cuentas y combate a la corrupción, así que habría reducción en asignaciones para la contratación de personal bajo el régimen de honorarios, reducción de alimentos para senadores en días de sesión y eliminación de frutas, semillas y bebidas especiales.
No habría apoyos para gasolina, telefonía celular, gastos médicos mayores, vales de despensa, peaje, mantenimiento de vehículos, complemento de aguinaldo y seguro de separación individualizado, entre otros.
“Se los digo desde ahora, no habrá carros nuevos, no se puede justificar que estamos por iniciar la primera sesión y ya tengan un carro nuevo de 250 mil pesos, una computadora de 25 mil y un bono por inicio de labores de 117 mil pesos. Eso no es congruente con lo que predicamos”.
Y para que vieran que la cosa iba en serio, advirtió que subastarían los 160 vehículos de modelos recientes que usaban los senadores, para ya no pagar gasolina, mantenimiento, estacionamiento y seguros, “cada uno deberá tener su propio medio de transporte”, aseguró.
Y así, bla, bla, bla, pero como dice el populacho, “de lengua me como un plato” y “cae más pronto un hablador que un cojo”, en menos de 24 horas, bajo argumentos pueriles, el señor MONREAL reculó en una de sus primeras afirmaciones.
El primer día en el Senado fue, efectivamente, como lo había prometido, de extrema austeridad.
Pero los señores senadores no están preparados para soportar incomodidades, aguantar carencias, suffrir estrecheces.
¿Cómo estuvo eso de que tuvieron que pararse y dejar su lugar para poder saciar su sed, su hambre o su juzguería?
¡Nó, claro que no!,
Máxime que el hambre es mala consejera y si de por sí sus deciciones dejan mucho qué desear ¿se imagina cómo sería la levantada de dedo con el estómago vacío?
Así que no más.
Un sólo día de “austeridad republicana” había sido más que suficiente.
MONREAL ÁVILA acudió al lastimero llamado de sus contlapaches y dispuso el retorno de meseros, edecanes, botanas y bebidas para la Cámara Alta.
Se repone el servicio de comida, siempre y cuando la sesión rebase las 15:00 horas, es decir la hora de la comida, y, desde luego, también el servicio de meserios con edecanes y todo lo que se estila.
Y es que ¿sabe usted? cuando los senadores fueron por sus comestibles y bebestibles, se hizo un “trafical” entre las curules que no podían ni pasar, incluso algunos de los de las filas centrales no pudieron moverse y ayunaron, como todos unos republicanos.
En profunda reflexión el político zacatecano, luego de cavilar sesudamente, espetó:
“Sobre las edecanes y meseros, vamos a hacer un esfuerzo para que ese servicio, al menos el día de la sesión, se pueda prestar. Chapatas, fruta, algo que, sin excesos, sea humanamente conveniente”.
¿Y lo del Aeropuerto? ¿Y lo del CISEN? ¿Y lo del avión que ni Obama tiene? ¿Y las pensiones a los “ninis?
¿En qué quedamos? Esta fue la primera pero…¿cuáles otras de sus promesas serán motivo de reflexión que lo harán recular?
¡Para eso me gustaban!
En otro tema, comerciantes del Centro Histórico, principalmente de El Carmen, Perú y Apartado, entre otras calles, vuelen a hacer un angustioso llamado al ingeniero RAYMUNDO COLLINS FLORES, secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, ya que son víctimas de extorsionadores que se dicen miembros del Cártel La Unión de Tepito y que los protegen policías corruptos.
Los extorsionadores son: El perro, El Carlos, El Pepe, El Fede, Pancho, Rubén y una líder llamada Erika.
Uno de ellos apodado El Pato”, es quien controla bandas de carteristas, farderas, cadeneros, chineros, asaltantes y extorsionadores.
Sus protectores, según los afectados, son el jefe de granaderos JUAN CARLOS GONZÁLEZ y su segundo, JAVIER RAMÍREZ, quienes simulan detener a los maleantes pero finalmente los liberan.
Si alguno se atreve a denunciarlos, es golpeado brutalmente como ejemplo para que los demás no se atrevan a denunciarlos.***EL PROMETER NO EMPOBRECE, EL DAR ES LO QUE ANIQUILA.***AU REVOIR.
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