Por: José Cruz Delgado
Un gobierno de ricos y para los ricos
La lucha electoral por la presidencia municipal de Morelia se ha vuelto más encarnizada, conforme avanzan los días, las promesas de los siete aspirantes a la codiciada Joya de la Corona aumentan, todos ofrecen soluciones a los problemas, uno ya tuvo la oportunidad de gobernar cuatro veces la capital michoacana y está proponiendo lo mismo solo que disfrazadas.
Uno de los temas centrales de los morelianos es la inseguridad que ha sido rebasada pese a que Alfonso Martínez, alcalde independiente con licencia y que busca reelegirse, siga insistiendo que la policía es la mejor calificada, pero en los hechos es todo lo contrario, pues la percepción de la gente es que es una policía corrupta, deficiente, abusiva y prepotente.
Poncho Martínez intenta por todos los medios la reelección con el apoyo del ayuntamiento capitalino, utilizando los recursos del erario público y todo el aparato administrativo porque su ambición va más allá, busca la candidatura al gobierno de Michoacán apoyado por su padrino “el Bronco”.
Hace dos años y medio logró convencer a los morelianos que era la mejor opción, y le creyeron, principalmente los de las colonias populares que vieron una esperanza de cambio, pero la decepción no tardó en llegar, entonces, tarde se dieron cuenta que lo que le gusta es el poder y empezó a gobernar para unos cuantos dejando en el olvido a la clase marginada.
Para los humildes no hay obras, no, las obras, las pocas y pichurrientas que ha hecho fueron para beneficiar a la clase adinerada. El gobierno independiente de Morelia es de simulación y de mentira, un gobierno fallido en todos los aspectos.
Hoy, se dice que desesperado porque le han dado la espalda, ha emprendido una lucha sin cuartel contra líderes sociales que han puesto al descubierto algunos actos de corrupción en lo que a obra pública se refiere, como el llamado parque lineal, actos que también han sido denunciados por líderes políticos.
Aquellos que están en su contra, están siendo hostigados, principalmente lo que han puesto lonas en sus domicilios particulares con la leyenda “ni un voto para Alfonso”.
La primera vez que buscó la alcaldía, se comprometió a dar respuesta oportuna a las demandas ciudadanas y que se abatiría el abandono en que los tenían los partidos políticos y que seguiría visitando cada lugar de Morelia para ponerse a sus órdenes. No sólo dejó de visitar las colonias pobres, sino que a la fecha les ha negado los servicios básicos, prueba de ello es que la capital parece zona de guerra por tanto bache, se carece de agua potable y energía eléctrica, pero eso sí, salió bueno para los negocios, a tal grado que le llaman Lord Negocios.
Una de sus máximas aspiraciones es llegar a ser un día candidato al gobierno de Michoacán, pero difícilmente lo logrará, porque no le gusta gobernar para los michoacanos, sino para su círculo de amigos de la clase alta.
