jueves, marzo 28, 2024

Se celebran elecciones presidenciales en Francia en un contexto social polarizado

Paul André Martín

CIUDAD DE MÉXICO, 22 de abril (AlmomentoMX).- En plena temporada de cierre de campañas electorales, bajo un contexto social polarizado y luego de que un atentado terrorista en la Avenida de los Campos Elíseos, en el corazón de París, acontecido el jueves 20 de abril por la noche, y que cobrara la vida de uno e hiriera a dos más oficiales de policía, la competencia entre los candidatos a la presidencia de la República Francesa, se ha agudizado.

La comunidad internacional concentrará toda su atención este domingo 23 de abril en Francia, un país que se ha erigido por su devenir en la historia de Europa, como un espacio de cohesión, especialmente luego de su alianza con Alemania para la construcción de la Unión Europea. Un hecho que para la generación que vivió en carne propia el terror de las guerras del siglo XX, hubiera sido por lo menos impensable. Por ello, Francia ha representado la unidad cultural de Europa occidental. Sin embargo, el paradigma cultural francés ha sufrido un desgaste continuo, luego de que en los últimos años el terrorismo yijadista ha golpeado duramente, con sucesivos ataques terroristas en distintas ciudades del Hexágono, en el corazón de la sociedad francesa.

En esta espiral de radicalización, el atentado de los Campos Elíseos, cuya autoría ya fue confirmada por el Estado Islámico, podría detonar una polarización inédita en el resultado de las elecciones, a pesar de lo que las encuestas hasta antes del atentado habían reportado, es decir porcentajes de preferencia de voto cerrados entre los cuatro candidatos principales, de once que se disputan la primera vuelta de la elección presidencial. La baraja electoral no podría ser más disímbola dado el perfil de los candidatos punteros, uno más distinto que el otro.

 

Póquer de ases

 

Por un lado, llama la atención el discurso visceral y vociferante de la candidata Marine Le Pen del partido ultra conservador, el Frente Nacional, cuya bandera política se centra en el rompimiento de Francia con la Unión Europea, el cierre de fronteras y un discurso anti inmigrante, así como beligerante, que va en línea con la tendencia nacional populista que otros gobernantes han adoptado en Europa y en el Hemisferio.

El candidato del partido de la derecha moderada o gaulista, ahora denomidado Les Republicains, (Los Republicanos) Francois Fillon, católico practicante, quien fungió como Primer Ministro durante el quinquenato de Nicolas Sarkozy, en algún sentido un candidato tradicional, llega muy desgastado a las urnas luego de que fuera señalado a lo largo de su campaña por nepotismo y corrupción, al haberse publicado las cifras exorbitantes que cobró su esposa siendo funcionaria del estado.

La candidatura de Emmanuel Macron ha sido peculiar, siendo el más joven de los candidatos, con apenas 39 años, pero con una carrera ascendente en el Partido Socialista y en el sector privado, habiendo estado al frente del Ministerio de economía y finanzas durante el mandato del Presidente François Hollande, y de haber impulsado la Loi Macron (Ley Macron), controvertida por las implicaciones en el mercado laboral. Desde el arranque de las pre-campañas, se desmarcó del PS, fundando un movimiento independiente que denominó En Marche. Su plan de política exterior se resume en favor de la pertenencia a la Unión Europea, con un discurso moderado ha recibido el respaldo del ex presidente estadounidense Barak Obama, con una llamada telefónica publicada en redes sociales recientemente.

La campaña del candidato oficial, del Partido Socialista, Benoît Hamon no ha trascendido, opacado por la sombra de Emmanuel Macron, éste más cercano al Presidente Hollande. Sin embargo, mantiene el apoyo de un segmento importante del PS, posicionado en temas ambientalistas, en favor de la despenalización del uso del cannabis y, porque en general, se le identifica a favor de causas afines a los denominados bobos (bohemios burgueses) de las ciudades.

Por su parte, Jean Luc Melenchon, el candidato de la izquierda bajo la bandera de La France Insoumise (Francia Insumisa), representa a un segmento de votantes de izquierda a la francesa, de algún modo nostálgica por los ideales de las revoluciones latinoamericanas y del 68. Aboga por la salida de Francia de la Unión Europea, por la causa ambientalista en defensa de la Tierra, Melenchon ha defendido al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y cuenta con el respaldo de la agrupación Podemos y su figura principal Pablo Iglesias, emblemática del movimiento de los indignados, que vio la luz en el contexto de la crisis financiera del 2008. Se le ha identificado como el Bernie Sanders a la francesa.

 

Lo que está en juego

 

La primera vuelta de  las elecciones en Francia decantará una situación social en Francia apremiante, se habla de la necesidad de un cambio real en el paradigma político, que se ha enrarecido con los acontecimientos terroristas de los últimos años, el cambio generacional y la transformación de la sociedad francesa por la influencia cultural y económica de la inmigración.

La segunda vuelta de la elección tendrá lugar el domingo 7 de mayo y, si las especulaciones de la opinión pública internacional se vuelven ciertas, los candidatos ubicados en los extremos del espectro político, llegarán a la cita definitiva de ese día. Para México y América Latina esta elección resulta de particular interés, ya que de su resultado dependerá el posicionamiento en política exterior de un interlocutor, Francia, que tiene un peso específico valioso para la definición de construcción de relaciones bilaterales y multilaterales entre el Hemisferio y Francia, por ende con Europa. Lo que está en juego además, es el tipo de relación que tendrá Francia con Estados Unidos, un prisma que define también la relación de París hacia Moscú y su equidistancia con la cuestión siria. La Alianza Transatlántica, con el sostenimiento financiero y armamentístico de la OTAN de por medio, es asimismo uno de los puntos sensibles que deberá resolver el nuevo gobierno galo, ante un gobierno estadounidense que descree de los mecanismos de defensa multilateral, así como de las instituciones internacionales como la ONU y, de paso, la Unión Europea.

AM.MX/fm

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