jueves, marzo 28, 2024

RÁFAGA: Los Siete Presidentes de México, Sexagenarios

Jorge Herrera Valenzuela

En las páginas de nuestra Historia Patria figuran los nombres de seis mexicanos que fueron Presidentes de México, después de cumplir sesenta años de edad. El próximo sábado 1 de diciembre quedará incluido el séptimo que ha llegado a los 65. Cuatro nacieron en el Siglo XVIII, en la siguiente centuria otros dos y el que pronto asumirá el mando nacional, llegó a este mundo en el Siglo XX.

Resulta interesante saber que hemos tenido 65 presidentes y Andrés Manuel López Obrador, licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, por la UNAM, ocupará el sexagésimo sexto lugar y será el primer tabasqueño, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Le corresponderá ser el número 15 en los gobiernos sexenales que comenzaron en 1934 con el presidente Lázaro Cárdenas del Río, quien, entonces, contaba 39 años de edad.

De los seis presidentes sexagenarios, solamente uno fue electo y gobernó durante seis años: el veracruzano Adolfo Ruiz Cortines, quien rindió protesta a los 62 años de edad y la voz popular lo calificaba, cariñosamente, como “El Viejito”; su mandato fue de 1952 a 1958. El que solamente estuvo los días 13, 14 y 15 de agosto de 1858, “cuidándole la silla presidencial” al joven general Miguel Miramón (tenía 27 años y meses, al ser nombrado presidente), respondió al nombre de José Ignacio Pavón, veracruzano de 69 años, el de mayor edad en la lista de los 65 presidentes.

Valentín Gómez Farías, uno de los nacidos en el Siglo XVIII, en cinco ocasiones de vicepresidente pasó a ocupar la Presidencia de México. ¿Por qué? Porque así lo disponía Antonio López de Santa Anna, el jarocho que ¡once veces! “trabajó” de presidente. El jalisciense, médico de profesión, en su quinto ascenso a la presidencia, el 24 de diciembre de 1846, ya tenía 65 años de edad; suplió a José Mariano Salas.

Salas, originario de la Ciudad de México, general que contó con el apoyo de Santa Anna durante casi cinco meses fue Presidente de México, en 1846 y en los días el imperio de Maximiliano aceptó el mismo cargo por 12 días y para esa etapa, José Mariano tenía 61 años. Él, junto con Félix María Zuloaga, Manuel Robles Pezuela, Pavón y Miramón llegaron al poder con respaldo del Plan de Tacubaya para ejercer, con el fin de contraponerse al gobierno del presidente constitucional e itinerante, Benito Juárez.

Luego de la proclamación del Plan de Ayutla, el 1 de marzo de 1854, que puso fin a la era “santaannista” y se restauró el federalismo en nuestro país, apareció el general Juan Nepomuceno Álvarez Hurtado. Nativo del pueblo de Atoyac, entonces territorio del Estado de México, organizó las fuerzas militares y con la bandera del liberalismo combatió. Juan N. Álvarez, como lo conocemos, a los 65 años de edad asumió la Presidencia de México. Convocó al Congreso Constituyente que en 1857 culminó sus trabajos. Este mismo hombre impulsó la erección del Estado de Guerrero, en 1849, y fue su primer gobernador.

Como está escrito en la Historia Patria, Victoriano Huerta traicionó la confianza que le depositó el presidente Francisco I. Madero y se sumó a los sublevados cómplices del embajador norteamericano Henry Lane Wilson. Fraguaron el Plan de la Embajada o Plan de La Ciudadela para asestar el golpe contra los poderes constituidos, derrocar al presidente Madero, después obligarlo a renunciar junto con el vicepresidente José María Pino Suárez y los asesinaron. Todo en medio de “La Decena Trágica”, en el mes de febrero de 1913. La referencia al nativo de Colotlán, Jalisco, es porque a los 67 años de edad usurpó el poder y víctima de la cirrosis hepática murió en Texas, donde se encuentra sepultado.

En resumen: en el Siglo XVIII nacieron el tapatío Valentín Gómez Farías, el guerrerense Juan N. Álvarez, el abogado José Ignacio Pavón y el general José Mariano Salas. El general, egresado del H. Colegio Militar, Victoriano Huerta y don Adolfo Ruiz Cortines, en el Siglo XIX; éste último no ostentó título profesional ni grado militar, aunque se sabe que en su juventud alcanzó el grado de mayor en el Ejército Mexicano, dándose de baja en 1926; participó en la Batalla de El Ébano, en San Luis Potosí, a las órdenes del general Jacinto B. Treviño.

Agradezco la colaboración de mi colega Claudia Pérez Atamoros y el apoyo de mi colega sonorense Soledad Durazo Barceló, conductora de un noticiero radiofónico en Hermosillo.

jherrerav@live.com.mx

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