Por Norma Meraz
Música para los oídos son todas y cada una de las promesas que escuchamos cada día que transcurren en cuenta regresiva al Uno de diciembre.
Andrés Manuel López Obrador, futuro Presidente de México, ya hoy electo, ha tendido una red de compromisos y designaciones en todo lo ancho y largo del país.
Sobre todo si se refiere a que combatirá a la corrupción, a la impunidad; para ello las sanciones serán drásticas y sin consideraciones; aumentará al doble las pensiones a los ancianos, habrá becas para todo el que quiera estudiar, bajará los sueldos a los funcionarios de alto nivel para recompensar a los que hoy ganan menos, se abrirán 100 universidades, la hasta hoy Residencia Presidencial de Los Pinos se convertirá en un centro cultural -fue llamada Casa del Pueblo por Doña María Esther Zuno de Echeverría- quién abrió por primera vez las puertas de esa residencia y sus jardines a grupos diversos como: estudiantes, artistas, indígenas, maestros, periodistas, políticos , académicos y otros más.
Designaciones anticipadas y compromisos impensados, pueden llevar, de no cumplirse, a un desencanto nacional.
Llama la atención -entre otros pronunciamientos- la afirmación y compromiso reiterado de Don Alfonso Durazo Montaño, próximo Secretario de Seguridad Publica, cuando afirma que bajará al 50% la inseguridad y la delincuencia en un plazo de tres años.
El Ing. Durazo Montaño habrá tomado en cuenta que, para combatir a la delincuencia, se requiere del diseño e implementación de más de una política pública que intervenga y complemente la tarea titánica que eso implica. El futuro secretario de seguridad pública debe tener presente el fracaso rotundo de los gobiernos de Pela Nieto y de Calderón Hinojosa en este rubro, tanto así que en tiempos electorales se le ubicó como el primero de los problemas por resolver. Durado Montaño deberá ser muy creativo, porque si dice y hace lo mismo que los citados, no espere obtener costo yo resultado.
Acaso con solo reiterarlo se resolverá el grave problema por el que hoy sufre México?
Aún no se habla de la cantidad de recursos interinstitucionales que se invertirán para llevar a cabo la tan atractiva disminución de la inseguridad.
La desincorporación de atribuciones que sufrirá la Secretaria de Gobernación e irán a dar de nuevo a una Secretaria de Seguridad , no significa que por sí sola sea la que resuelva el problema que aseguran bajará al 50% el azote que padecemos hoy.
Al anticipar en voz alta este compromiso, es de admirar la audacia del futuro responsable de la Seguridad Nacional, aún cuando no se conoce cuál será la estructura y su presupuesto.
Hasta hoy se han realizado tres Foros con el tema de la pacificación nacional.
La pregunta es: que se ha aportado con estas reuniones multitudinarias en donde lo sobresaliente es el discurso del Ing Alfonso Durazo, las quejas y llantos de las víctimas de la delincuencia y el atropello de las autoridades que no ayudan ni resuelven nada.
Llama la atención que, temas como la seguridad a los periodistas y la atención a las victimas que dejan los innumerables asesinatos de profesionales de la comunicación no sean llevados a la mesa de discusión.
Los profesionales de la comunicación -Reporteros fotógrafos, camarógrafos- que cumplen con la noble tarea de informar, se han convertido en presa fácil de los grupos de poder que se sienten afectados en sus intereses cuando salen a la luz las actividades ilegales que realizan y las victimas se quedan en el vil abandono respecto de las autoridades que no aplican la ley ni administran la justicia .
Ya hemos señalado en otra ocasión que, en México, de cada diez casos denunciados solo en tres se sigue la investigación.
Cuántos periodistas asesinados más se requieren para ser tomados en cuenta los derechos humanos de estos profesionales que cumplen con una importante labor en beneficio de la sociedad.
Este tema no es menos importante como para obviarse en los Foros para la pacificación nacional.
Otro asunto que cae bien para un discurso pero que al tocar base en la realidad es el del nuevo esquema de seguridad del próximo Presidente de México.
Andrés Manuel López Obrador, empecinado cómo es, no da marcha atrás en lo que se refiere a su seguridad personal.
Si el gobierno cuenta ya con una institución profesional y leal que se encarga de la seguridad personal del Presidente y su familia, para que borrar de un plumazo la existencia del Estado Mayor Presidencial solo por cumplir con un pronunciamiento hecho en campaña y que dejó contentos a muchos por ver en ese cuerpo de seguridad como un despilfarro .
El Estado Mayor Presidencial además de tener bajo su responsabilidad la seguridad del Presidente, tiene bajo su resguardo Palacio Nacional, Los Pinos, el Deportivo de Lomas Altas , Molino del Rey y numerosas obras de arte que son patrimonio nacional.
Este personal conoce de todos los protocolos de seguridad y están perfectamente capacitados para hacer frente a cualquier eventualidad o emergencia respecto de la seguridad presidencial.
Si el EMP cuenta con siete mil elementos, pues en todo caso, valga reducir el número y algunos gastos innecesarios, pero prescindir de este servicio, deja en un nivel alto de vulnerabilidad del Jefe del Ejecutivo.
Hay que tener muy claro: su nombre es Presidente, ya no candidato López Obrador, quien ya decidió afrontar y enfrentar el riesgo porque también sabe de los abusos y tropelías cometidos por algunos de sus miembros, siempre en perjuicio de la imagen del presidente. Sus operativos en hoteles a los que acude el jefe del Ejecutivo siempre resultan no sólo molestos sino vejatorios.
Ya hay visos de cambios contundentes y ojalá se mantenga la decisión de combatir el mal de males: la corrupción, no sólo con el ejemplo sino con los castigos sin impunidad a quienes se halle culpables.
Vamos pues que: el prometer no empobrece – dicen las abuelas del pueblo- el dar es el que aniquila.
Y ahí es cómo quedan, algunas incógnitas del futuro.
Nos toca que:
Digamos la Verdad!