Pablo Cabañas Díaz
El 16 de agosto del 2017, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo destacó desde la Primera Ronda de Negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se habían sentado las bases para “salir con un documento básico” e iniciar el proceso formal del acuerdo. En esa ocasión el titular de Economía resaltó que era demasiado temprano para “reducir diferencias”, entre ellas las de incrementar los salarios al que calificó ” como un asunto interno” del país.
Desde el final de la década de los años ochenta del siglo XX, la inflación fue el primer elemento que el gobierno de México intentó controlar para poder iniciar el libre mercado, y lo hizo con el llamado Pacto de Solidaridad Económica (PSE) que no fue sino un programa de recesión que frenó la carrera precios-salario. El PSE funcionó, en 1988, porque sujetó salarios, por un lado, y precios, por el otro. Redujo al mínimo indispensable las importaciones de productos básicos y controló el comercio exterior.
Hoy la mano de obra es hasta 87 por ciento es más barata en México, que en Estados Unidos y los sindicatos preparan una queja formal ante el Departamento de Trabajo de Estados Unidos para denunciar que nuestro país violenta las normas laborales del acuerdo trilateral. Entre las denuncias se ubican los bajos estándares de normas ambientales, protección a la salud y seguridad que existen en las fábricas mexicanas y la bajas remuneraciones que hay con respecto a Estados Unidos y Canadá.
En estudio reciente el Centro de Investigaciones Automotrices (CAR, por sus siglas en inglés) indicó que los salarios por hora en Estados Unidos son de 27.83 dólares en ensambladoras y 19.91 dólares en fábricas de autopartes, mientras que en México se pagan 5.64 y 2.47 dólares, respectivamente. Es decir, es hasta un 88 por ciento más barato producir aquí. En la sexta ronda de negociaciones que tuvo lugar esta semana en Montreal, Canadá quedó claro que al pedido permanente de los sindicatos canadienses ahora se suman los congresista demócratas de Washington. Es del dominio público la reunión que tuvo Robert Lighthizer, representante comercial de EU, con los congresistas demócratas comprometidos en la cuestión: Sander Levin y Bill Pascrell. Jerry Dias, líder de Unifor, el sindicato más grande de Canadá y que representa a los trabajadores del sector de la automotriz, las comunicaciones, la energía y las papeleras, expone que un nuevo tratado en la región debe incluir mejores ingresos para los mexicanos. “No podemos tener un acuerdo trilateral donde el salario mínimo en México es de cuatro dólares estadounidenses por día por día. Para el sindicato canadiense, lo menos que debería pagarse a un trabajador mexicano son 9 mil 600 pesos mensuales