
La candidatura de Enrique Peña Nieto será analizada por los futuros historiadores como un producto de la mercadotecnia- política lenta y cuidadosamente construida, no sólo en el campo mediático –por medio de una presencia constante en los medios y por el conveniente matrimonio con la actriz Angélica Rivera, y por la alianza con los nuevos gobernadores priistas, cuyas campañas Peña Nieto contribuyó a financiar.
Un dato es revelador de la elección del 2012 y del clima de malestar social que hay en el país: de los 32 gobernadores que han administrado el país a la par del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, 22 son priistas. Estos gobernadores desviaron alrededor de 258 mil 829 millones 185 mil pesos de los recursos públicos, de acuerdo con denuncias penales y resultados de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Hasta el momento, sólo cinco de ellos han sido detenidos o tienen orden de aprehensión y cuatro han sido denunciados ante la Procuraduría General de la República (PGR). De mayor a menor monto desviado, según lo que se ha documentado, destaca la gestión del exgobernador de Chihuahua, César DuarteJáquez (2010-2016), buscado por la Interpol, y la del exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (2010-2016), detenido en Guatemala.