Jorge Meléndez Preciado
Enrique Peña Nieto realiza un encuentro de la Conago en Los Pinos, para expresar que hará lo que sería lógico en su administración: coordinar el aparato federal con los estatales, poner en acción a todas las autoridades para llevar a cabo labores conjuntas, exigirles a los funcionarios que investiguen las arbitrariedades, etc.
Todo ello ya lo sabían los reporteros que cubren la presidencia de la República, por eso, indignados por el asesinato de Javier Valdez, expresaron claramente, aunque de forma tímida: “Justicia”, luego de repetir la consigan, dijeron que no estaban de acuerdo en la forma que se trata de encontrar a los culpables de los crímenes contra los reporteros.
¿Dónde están los asesinos de los más de cien informadores? Ninguna autoridad da respuesta. Mucho menos se sabe nada de los responsables de centenas de reporteros que han sufrido atropellos sinfín. Pero orondo, Peña Nieto asegura que ahora se corregirá la mala onda de su sexenio.
No se le olvide a Enrique que hay más de 38 informadores ejecutados en su sexenio, que hay miles desaparecidos a quienes únicamente sus familiares han ido encontrando.
Estamos ante un problema muy grave, mientras Peña Nieto ofrece disculpas y los fotorreporteros, les piden “justicia” y nos más expedientes sin solución. La autoridad, lejos de ser sensible, calla y reprime. Tanto que ahora, incluso, revisa a los reporteros que cuben la fuente de la presidencia, algo que jamás se había visto en la historia de México.
En síntesis, ante un problema grave, las autoridades federales, echan mano de lo clásico, decir que las víctimas son los responsables de la debacle en el país.
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