viernes, abril 19, 2024

LIBROS DE AYER Y HOY: La ciudad incinerada

Teresa Gil

laislaquebrillaba@yahoo.com.mx

 

Alrededor de 40 organismos ambientalistas y de derechos humanos, están haciendo una urgente advertencia para que la Ciudad de México (CDMX) no sea sometida a una contaminación  incontrolable, como la que se avecina después de que el actual gobierno contrató a la empresa de termovalorización Proactiva Medio Ambiente S.A. de C.V/ Veolia, para que durante 33 años incinere la basura en el Bordo Poniente y la convierta en pesadas cenizas. Se demanda y se exige que el gobierno eche atrás el contrato mencionado, respecto del cual se ignoran sus términos, el tipo de tecnología, especificaciones técnicas, financieras, protocolos de emisiones y monitoreo. Se violan con esa decisión  los derechos constitucionales  de un  ambiente sano para vivir, la consulta previa e informada y el derecho a la información. Se pasa sobre convenios internacionales como el de Estocolmo. Dichos organismos, entre los que se encuentran Fronteras Comunes, Green Peace, Frente de Comunidades en contra de la Incineración, Alianza Global  para Alternativas a la Incineración (GAIA), personalidades, intelectuales, científicos y artistas, presentan el futuro inmediato de la CDMX, como un entorno turbio, sucio y peligroso si se sigue adelante con el proyecto. Actualmente ya se envían  diariamente  7 mil toneladas de basura para su incineración a Puebla e Hidalgo, lo que está afectando seriamente a las comunidades aledañas, ejemplo de lo que se verá en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM).  La  empresa seleccionada por el gobierno, que ha sido sometida a juicio por violaciones al medio ambiente en varios países, Egipto, Lituania, Marruecos entre otros, y su contratación y destino, no fue consultado a la ciudadanía; veinte millones de habitantes de la ZMVM  que quedan en estado de indefensión y sometidos al aumento  agresivo de metales pesados, perturbadores endocrinos y contaminantes orgánicos persistentes. En una conferencia de prensa el pasado once de mayo, Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de Greenpeace México, Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes, Jorge Tadeo Vargas del Laboratorio de Investigación en Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad y Magdalena Donoso Orozco, de GAIA para América Latina, coincidieron en lo agresivo que resulta un  proyecto de incineración en una zona ya contaminada como la metropolitana y pusieron  énfasis en una consecuencia poco mencionada por los gobiernos: la afectación a la fecundidad con  enfermedades como la endometriosis; además de las respiratorias ya instaladas permanentemente en el entorno y que han  sido señaladas por la misma Organización Mundial de la Salud (OMS).  El gobierno tuvo casi 6 años para resolver el problema del Bordo Poniente y ahora aparece con un proyecto peligroso como es la incineración, puntualizó el representante de Greenpeace. La advertencia se produce, cuando el gobierno mexicano también es advertido por el ambientalista y actor Leonardo di Caprio  sobre la extinción de especies como la vaquita marina, lo que se suma a otras graves advertencias que se han venido dando contra el fracking, la destrucción de manglares y áreas verdes, los cultivos transgénicos y la contaminación  de suelos y ríos, entre otros. Muchos libros y documentos se han escrito sobre el peligro de la incineración de residuos. Greenpeace en su documento Basura cero,  se refiere a las cien mil toneladas de basura doméstica que se producen en México y de entrada rechaza el método de la incineración. En los documentos consultados se mencionan los tres tipos de contaminantes que se producen por  la incineración: cenizas, escorias y gases. Todos de gran peligrosidad  al provocar malformaciones congénitas, tumores, cánceres, incluso  la muerte. Aparte de los metales pesados, se pone énfasis en las dioxinas substancias producidas por las industrias y que según la OMS “las dioxinas son delincuentes de repetición para el medio ambiente”, porque son sustancias orgánicas que persisten en el cuerpo humano, una vez que lo invaden. De esos documentos se extrae la conclusión de que debe buscarse  “un método de gestión de residuos más respetuoso – que la incineración-, para el medio ambiente”, tal como se planteó en la conferencia del once de mayo pasado.

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