Gregorio Ortega Molina
*El proyecto que traen quienes mandan, nos trasciende. México dejó de ser de los mexicanos, como el PRI dejó de pertenecer a los priistas. Usan las siglas del partido para encubrir una mentira de Estado, una impostura
Hay toxicidad en el modelo político que prevale: el presidencialismo se niega al retiro, la partidocracia no acertó a tomar el poder Ejecutivo y confundió su ruta con el camino a la corrupción, a impunidad y la imposición de una mentira de Estado.
Padecemos la guerra socia de la desinformación, trufada de muertes violentas, ejecuciones, desaparecidos, trata y, lo peor, la desestructuración ideológica y programática de lo que fue un proyecto de nación con posibilidades de éxito, hasta que con la renovación moral decidieron adelgazar al Estado y vender sus activos a bajo precio.
Pero no cuaja: mientras se precipita la decadencia como en una fórmula química, en el ínterin rescataron carreteras, líneas aéreas, industria azucarera y, contra toda lógica para que el desarrollo sea real y equilibrado, crecen lols créditos fiscales y las devoluciones de impuestos, mientras el crecimiento del PIB adquiere la consistencia de una quimera, y la tercera edad de millones de mexicanos se transforma en una carga de la cual nadie quiere responsabilizarse.
Con todas estas consideraciones en mente escucho a mis anfitriones, en El Chico, Hidalgo, donde me llevaron a comer trucha: “Te equivocas, has perdido el norte en tu análisis. Es cierto, vivimos la decadencia, pero el único capaz de contenerla y poner orden se llama Miguel Ángel Osorio Chong, lo creas o no.
“Las consideraciones son diversas, pero dos fundamentales: es el garante de la permanencia del amorfo modelo político, porque todavía no habrá reforma del Estado ni la conceptuación e impulso a un proyecto de nación que sustituya al plasmado en la Constitución del 17, y porque así lo requiere avanzar a paso veloz en el programa de integración a EEUU.
“Cumplir en ambos aspectos, garantiza a EPN una burbuja de aire legal y constitucional para irse a jugar dominó con Carlos Salinas de Gortari, o con Arturo Montiel, porque así como los patrones estadounidenses cobijaron a Ernesto Zedillo, lo harán con él, porque las reformas estructurales habrán de consolidarse, para que no se dé marcha atrás como ocurrió con la estatización bancaria; los bancos regresaron a manos privadas y luego al poder de los consorcios internacionales.
“El camino de la integración inició con el sistema financiero”.
Doy vueltas en mi modesto magín a lo que me dijeron en Hidalgo, no salgo del azoro, pero no por lo que pudiera significar Miguel Ángel Osorio Chong como presidente constitucional, sino porque el proyecto que traen nos trasciende. México deja de ser de los mexicanos, como el PRI dejó de pertener a los priistas.