martes, abril 23, 2024

LA COSTUMBRE DEL PODER: Nikki (Heat) Haley

*No es asunto menor, quizá pronto seremos testigos de la manera en que los chalados gobiernan al mundo

 

Gregorio Ortega Molina

 

En algún momento pensé que encontrar tanto chalado para apoyar la actitud beligerante y majadera y zafia de Donald J. Trump sería tarea difícil, pero hete aquí que las sorpresas menudean.

Por cable de diversas agencias noticiosas me entero de que “la embajadora que el presidente estadounidense nombró como representante de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, asumió su nuevo puesto con un discurso amenazante para los países que no respalden las posiciones estadunidenses.

“Tras presentar sus credenciales ante Antonio Guterres, el secretario general del Organismo, Haley afirmó, en breves declaraciones a la prensa, que habrá un cambio en la manera que la delegación de Estados Unidos trabajará en el seno de la ONU.

Nuestro objetivo en el gobierno es mostrar nuestro valor en la ONU; la forma en que demostraremos valor es mostrando nuestra fuerza, mostrando nuestra voz, respaldando a nuestros aliados y asegurándonos de que nuestros aliados nos respalden.

“Ex gobernadora de Carolina del Sur sin ninguna experiencia diplomática, Haley amagó: “vamos a tomar los nombres de aquellos que no nos respalden, vamos a aplicar medidas para responderles en consecuencia”.

Carla Ponte siempre me dio la imagen de una diplomática dura, pero apegada a las reglas del juego. La embajadora Haley parece más ese personaje de Richard Castle, Nikki Heat, que en la ficción televisa encarna a una mujer policía que se confunde con su modelo de la supuesta vida real, y hace de su labor de procuración de justicia en la policía de Nueva York un asunto personal sobre el que coloca, por encima de toda lógica y razonamiento, su cruzada para castigar al asesino de su madre, abogada y defensora de los débiles.

     Claro, la señora Haley fue gobernadora en Carolina del Sur, estado difícil en cuanto a las condiciones de seguridad racial, de ideología separatista, conservador, en el que los negros de la época de la esclavitud morían por no ver con respeto y sumisión a los amos blancos.

Hoy nos advierte, sin poder contenerse, que aquellos que en la ONU no apoyen las decisiones diplomáticas de EEUU, pasarán a formar parte de una lista negra, para hacerles sentir el verdadero, auténtico peso del poder del Imperio.

No es asunto menor, quizá pronto seremos testigos de la manera en que los chalados gobiernan al mundo.

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