viernes, marzo 29, 2024

¿Qué es la ameba “come cerebros” que mató a niño de ocho años?

CIUDAD DE MÉXICO, 21 de febrero (AlMomentoMX).-  En febrero de 2017, un niño de ocho años murió después de nadar en la laguna de Mar Chiquita.  Las casusas no estuvieron claras hasta hace unos días, cuando se reveló que por una meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) provocada por el parásito Naegleria fowleri, también conocido como la “ameba asesina” o “ameba come cerebros”.

A las pocas horas de nadar, el pequeño presentó temperatura alta y sufrió cefaleas y vómitos, además de fotofobia y sonofobia (intolerancia a la luz y el sonido). Días después, al cuadro se sumaron fallas respiratorias y hemodinámicas, deterioro del sensorio, convulsiones y encefalitis. En pocos días, murió.

El primer diagnóstico que recibió la familia fue meningitis. Luego de hacer interconsultas entre hospitales descartaron esa hipótesis y se concluyó que el niño fue víctima de un caso de meningoencefalitis amebiana primaria.

A través de un comunicado, la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID) indicó que “es el primer caso de MAP documentado, producido por Naegleria fowleri en Argentina. Se trata de un caso autóctono, ya que el niño habría adquirido la infección en aguas de una laguna del sector contaminada”.

Al parecer, todo sucedió en un segundo. El niño se arrojó al agua, la ameba entró por su nariz y se dirigió rápidamente al cerebro. Y aunque existen 30 géneros de Naegleria, sólo una especie infecta a las personas: la Naegleria fowleri.

Se trata de una infección poco frecuente que tiene mayor incidencia en el verano, con apenas 40 casos en Estados Unidos entre 2007 y 2016. La MAP destruye en forma rápida el tejido cerebral por el accionar de la ameba, la cual está presente en todo el mundo, sobre todo en lugares de agua dulce templada, como lagos y ríos, aunque su triste estreno en Argentina sería por efectos del cambio climático.

La única forma en que entra al cuerpo es a través de la nariz. Esto generalmente ocurre al nadar o a bucear en lugares de agua dulce templada, como lagos y ríos. No es contagiosa ni se contrae al beber agua contaminada.

La enfermedad presenta síntomas parecidos a los de la meningitis bacteriana y aparecen a la semana de ingresada la ameba al cuerpo. El paciente puede sufrir dolores de cabeza, fiebre, náuseas y vómitos. Luego puede aparecer rigidez en el cuello, confusión, pérdida del equilibrio, alucinaciones y convulsiones, entre otros.

La enfermedad evoluciona con una rapidez notable y de 5 a 7 días el paciente muere. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de mortalidad es superior al 97%. Es por ello que los especialistas recomiendan no bañarse en espejos de agua contaminados y a los municipios, instalar carteles que adviertan sobre el potencial peligro.

Sixto Raúl Costamagna, expresidente de la Asociación Parasitológica Argentina, destacó que hay 30 especies de la Naegleria que viven libremente en la naturaleza.

“De ellas, una sola, la fowleri, es la que tiene capacidad para actuar como parásito. Cuando la persona se tira en forma brusca al agua, como hacen los chicos, la ameba se pega en las mucosas nasales y de ahí al cerebro son milímetros. Lo come, porque el cerebro que es lo que a ella le gusta. Si estuviese en el agua se alimentaria de bacterias, pero en el cráneo se come el tejido cerebral”, dijo.

Indicó que es posible que la ameba ingrese por la nariz, pero que no llegue al cerebro. “El que produce la enfermedad es el trofozoito. Si ingresa el quiste, o sea la pelotita donde adentro está la ameba durmiendo, y no desenquista, el paciente se va a sonar la nariz o la va a expulsar”.

Otra posibilidad es que, cuando la persona saca la cabeza, expulse con fuerza el agua que tiene en la nariz, de modo tal que si ingresó el trofozoito logre expulsarlo.

“Por eso, cuando uno nada horizontalmente está expulsando permanentemente el agua de la nariz y la boca. Por eso, nadar no causa tanto problema como el tirarse tipo ‘bomba’, o de pie, o hacer buceo, donde el agua sí entra a presión y está más tiempo en la nariz”, afirmó el experto.

AM.MX/dsc

Artículos relacionados