martes, abril 23, 2024

ISEGORÍA: Desprenderse de la ubre materna

Sergio Gómez Montero*

encadenada bestia

al violento temor

de los vencedores

decidí desatar mis velas

  1. Vicioso Sánchez: “Poesía”

Tácticas y estrategias se conservan mientras den buenos resultados, ése es un principio que en los partidos políticos es receta infalible y que, en la disciplina priista, por tanto, no falta. Así, por ejemplo, en el catálogo de esas recetas una de las más reconocidas es aquella que marca a los cachorros la hora del destete. Equivocarse en ello puede ser fatal, como en el caso de Colosio, quien lo hizo (él y sus entrenadores) demasiado pronto: el 6 de marzo de 1994 en el Monumento a la Revolución. Hoy no fue así, ya que ese cachorro al cual aún le tiemblan las pierna, está endeble y a veces entelerido, que pareciera ser que transita sin brújula (tanto él como sus entrenadores) y se conserva rezagado ante los otros lebreles contra los cuales compite. El, ahora, piensa que aún se mantiene bajo el cobijo de la madre y por eso busca ansiosamente su protección y cobijo: muestra un inmenso temor e incapacidad para competir en una contienda tan difícil como es la búsqueda de la Presidencia del país. Meade, ahora es un cachorro sin arrestos para competir.

Aún para los apostadores exponer sus dineros al ganador no se decide todavía, pues se considera que un gobierno tan débil como el de Peña Nieto no podrá de aquí a principios de julio de este año armar el tinglado para montar el fraude que le permita precisamente a Meade llegar ilegalmente a la mencionada Presidencia. ¿Se podrá entonces, pues, montar la farsa sexenal supuestamente acostumbrada? Es decir, no hay que olvidar que ese show de la lucha por alcanzar la candidatura presidencial se escenificaba antes con el destape del elegido. Pero hoy no. Desde Colosio el “destape” fue desplazado por el “destete”: la ceremonia a través de la cual el cachorro tiene que demostrar que, sin morder, él está maduro para desprenderse de la ubre materna y puede correr solo por las llanuras de la familia, de Atlacomulco a Malinalco, sin sufrir mayores daños y mostrando fortaleza para enfrentar a sus contendientes (algo que Pepe Toño hasta hoy no ha demostrado). Demostrándole a su manada que el capitalismo puede continuar.

Duro problema, pues, es el que enfrentan Meade y sus entrenadores quienes con su discurso anticorrupción no lograron llamar la atención de nadie, pues sus ladridos, para ellos de júbilo, parecieron sólo risas sarcásticas de quienes (gánsteres todos) lo rodeaban. Por eso hoy, días después de esa farsa, la gente por las calles del país se pregunta: ¿por qué de manera tan obvia está jugando al tío Lolo José Antonio Meade Kuribreña?

Y la verdad el nombre no importa, así hubiera sido la Tía de las Muchachas el candidato del PRI para estas elecciones llevaba las de perder. Cargar la herencia de un gobierno como el de Peña Nieto era un lastre imposible de jalar. Por eso, a Meade más le vale, ya, dar por perdida esta carrera por más esfuerzos y trampas que haga. El cachorrillo trotará feliz (¡Ay, tan bonito –pero tan falso– que se veía de chamula!) por los campos del país sin que a nadie le importe un cacahuate.

*Profesor jubilado

gomeboka@yahoo.com.mx

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