viernes, abril 19, 2024

Intensos bombardeos antes de la tregua pedida por la ONU: por qué Guta Oriental es clave en la guerra siria

GUTA ORIENTAL, SIRIA, 26 de febrero (AlmomentoMX).-  Los hospitales en Guta Oriental están colapsados por el número de pacientes víctimas de ataques aéreos y terrestres. Las Naciones Unidas renovaron el llamado a una tregua inmediata en la zona de Guta Oriental, sitiada por los rebeldes sirios, en medio de reportes de más muertes por bombardeos aéreos.

El Consejo de Seguridad de la ONU votó este sábado por un cese el fuego de 30 días en todo el territorio sirio. Pero el gobierno ruso, aliado de Siria, dijo que la tregua solo empezaría una vez acuerden cómo implementarla.

El pronunciamiento del Kremlin llegó mientras activistas reportaron la muerte de nueve civiles tras un bombardeo aéreo del gobierno sirio el domingo en la ciudad de Douma, en las cercanías de Damasco, la capital.

Durante el fin de semana, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que era “momento de parar este infierno en la Tierra”.

Más de 500 personas han fallecido como resultado de los ataques aéreos y terrestres del gobierno desde que las tensiones se intensificaron hace ocho días, de acuerdo a estimaciones del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Reino Unido.

Reportes de ataques con gas de cloro

Mientras tanto, el pueblo de al Shifuniya, en Guta Oriental, conductores de ambulancias reportaron que olía a cloro después de un bombardeo aéreo el domingo.

Trabajadores del ministerio de salud controlado por opositores dijeron que habían ingresado el mismo día a pacientes con síntomas similares a los causados por exposición al gas de cloro.

La Sociedad Médica Sirio-estadounidense (SAMS, por sus siglas en inglés), también le dijo a la BBC que había pacientes que “sufrían de síntomas que indican haber sido expuestos a compuestos químicos”.

Ninguno de estos reportes ha podido verificarse de manera independiente. El gobierno sirio ha negado en repetidas ocasiones el uso de armas químicas en el conflicto.

Sin embargo, una investigación liderada por la ONU concluyó hace dos años que las fuerzas de Bashar al Asad usaron gas de cloro como un arma al menos tres veces entre 2014 y 2015.

El conflicto sigue

Aunque ha habido una reducción de la violencia desde el sábado, los bombardeos aéreos continúan ocurriendo en Guta Oriental, un suburbio de Damasco, la capital.

El Sindicato de Organizaciones de Asistencia Médica y Socorro (UOSSM, por sus siglas en inglés), que opera hospitales en la zona, informó que al menos 20 civiles murieron tras ataques de artillería y aéreos del gobierno el domingo.

Alrededor de 393.000 ciudadanos están atrapados en el área, según la ONU.

“Mientras hablo hay más de 10 aviones lanzando bombas”: el estremecedor testimonio de una mujer atrapada en el asedio a Guta Oriental

Entre los fallecidos por los bombardeos que se incrementaron hace una semana hay 121 niños, detalló el Observatorio.

Rusia niega que esté implicada directamente en los ataques.

El gobierno sirio niega haber apuntado a civiles y dice que está intentando liberar a Guta de los “terroristas”, término que usa para describir tanto a militantes yihadistas como a los grupos rebeldes.

Los rebeldes de Guta Oriental no son un grupo cohesionado. Abarcan múltiples facciones, incluidos yihadistas, y la lucha entre ellos ha causado que pierdan terreno frente a las fuerzas leales a Al Asad.

Los dos grupos más grandes en el área son Jaish al Islam y su rival, Faylaq al Rahman.

Este último ha luchado antes junto a los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham, una alianza liderada por el Frente al Nusra, un antiguo afiliado de al Qaeda en Siria.

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El gobierno quiere recuperar el territorio porque cree que los rebeldes están amenazando directamente a la capital.

Ambos lugares están tan cerca que desde Guta Oriental, los rebeldes pueden lanzar morteros hacia el corazón de Damasco.

Medios estatales sirios informaron que los rebeldes han matado al menos a 16 civiles en los distritos del este de la ciudad desde el pasado domingo.

Aplicación inmediata

La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nicky Haley, pidió que el cese el fuego se implemente de inmediato, pero dijo que se sentía escéptica de que Siria cumpliera.

El enviado de Rusia a la ONU, Vassily Nebenzia, dijo que la tregua no sería posible sin acuerdos entre las facciones enfrentadas.

Los bombardeos del lunes en la región siria de Guta oriental provocaron 100 muertos.

El borrador de la resolución decía que el cese el fuego no se aplicaría a las operaciones contra Estado Islámico y Frente al Nusra.

Pero Rusia quería que el documento incluyera a grupos que “cooperan con los anteriores”.

El texto final especificó que las operaciones podrían continuar contra “individuos, grupos, empresas y entidades” asociadas con “grupos terroristas”, según la agencia de noticias AFP.

“Este es un proceso legítimo de liberación, necesario desde hace tiempo. ¡No más yihadistas de Al Qaeda junto a nuestra capital!”, declaraba la semana pasada el parlamentario sirio Fares Al Shehabi.

Se refería al recrudecimiento de la ofensiva del régimen contra el enclave rebelde de Guta Oriental, que está dejando un elevado número de muertos, gran parte de ellos civiles. El Gobierno de Siria lo justifica como una operación antiterrorista contra los grupos yihadistas que controlan la zona, desde la que se lanzan frecuentes ataques con morteros contra zonas residenciales de Damasco (más de cien al día, según algunos testimonios).

La declaración de Shehabi es un buen ejemplo del estado de ánimo en el bando gubernamental, y ayuda a explicar por qué, a pesar del alto el fuego acordado en la ONU este fin de semana, los bombardeos hayan proseguido a lo largo del lunes, dejando al menos 17 muertos.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha declarado que el acuerdo “de ninguna manera afecta a las acciones que lleva a cabo el Gobierno sirio, con el respaldo de Rusia, contra todos los grupos terroristas”. Hoy, Vladímir Putin ha anunciado una “tregua humanitaria”, en la que se implementará un corredor a través del que los civiles podrán ser evacuados.

Esto -además de subrayar el papel de Rusia como el nuevo árbitro de Oriente Medio- dejará el camino libre para un asalto final por tierra por parte del régimen sirio, que todos los observadores consideran inminente.

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Pero ¿por qué es importante este enclave en el curso de la guerra, y por qué la cifra de bajas civiles es tan elevada? Este enclave de casi 400.000 personas está en manos de la oposición siria desde finales de 2012, cuando las fuerzas rebeldes se hicieron con el control total de este territorio. Poco después, los insurgentes iniciaron desde allí una serie de ataques contra posiciones peligrosamente cercanas al centro de Damasco. El régimen de Bashar Al Assad, alarmado, lanzó una contraofensiva que logró hacer retroceder a los rebeldes, y en mayo de 2013 inició uno de los asedios más largos de la historia moderna, que ha incluido la quema de cosechas, el bloqueo de alimentos, medicinas y combustibles, y una intensa campaña de bombardeos.

Tres facciones rebeldes se reparten hoy el control de Guta Oriental: el nordeste está bajo el control de Yesh Al Islam (Ejército del Islam), un grupo salafista apoyado por Arabia Saudí surgido de la alianza de varias milicias yihadistas. El suroeste lo controla Failaq Al Rahman, otra agrupación vinculada a los Hermanos Musulmanes que cuenta con aproximadamente 9.000 combatientes, y que se opone a la primera, con enfrentamientos frecuentes entre ambas. La zona de Harasta, en el noroeste, está en manos de Ahrar Al Sham, antaño una de las organizaciones más poderosas de la insurgencia siria.

 

Sin túneles ni suministros

La mayoría de las localidades de Guta Oriental han sido abandonadas, y sus habitantes se han concentrado en Duma y Harasta, las poblaciones donde más posibilidad hay de conseguir comida. En consecuencia, la aviación siria y rusa han focalizado sus ataques en estos puntos, con consecuencias devastadoras para los civiles. Amnistía Internacional considera estos bombardeos aéreos, que han incluido al menos siete hospitales, como crímenes de guerra. En agosto de 2013 se produjo además un ataque químico que dejó centenares de muertos, el peor de toda la guerra de Siria. La UE y EEUU culparon al ejército de Assad, mientras éste y sus aliados aseguran que se trató de una operación de falsa bandera lanzado por el Ejército Libre Sirio con el propósito de provocar una intervención estadounidense.

Hasta el año pasado, los insurgentes mantenían un sistema de túneles que permitían la entrada de armas y municiones, así como de suministros vitales para la población. No obstante, el ejército sirio los capturó en la primavera de 2017. En septiembre de ese año prohibió también la entrada de alimentos, en un intento de rendir a los habitantes de Guta Oriental por el hambre, una estrategia que ya había aplicado en lugares como Homs, Hama y Alepo. El resultado ha sido una carestía generalizada que ha provocado centenares de muerte por inanición y falta de medicinas.

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El régimen, además, se ha negado a permitir la evacuación de heridos y enfermos. “Víctimas heridas están muriendo solo porque no pueden recibir tratamiento a tiempo”, denunció el pasado 21 de febrero Marianne Gasser, jefa de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja en Siria. Aparentemente, el Gobierno sirio espera utilizar estas evacuaciones como carta de negociación con los insurgentes, como parte de un acuerdo de rendición similar al aplicado en Alepo y otros lugares.

El enclave está devastado: a través de imágenes de satélite, la ONU calcula que en algunos puntos, como Jobar, el 93% de los edificios del casco urbano han sido destruidos. En estas condiciones, parece imposible que los rebeldes puedan hacer frente a la ofensiva final del régimen. Con corredor humanitario o no, la salida pactada de los combatientes -o su rendición incondicional- es mera cuestión de tiempo. El destino de Guta Oriental parece sellado, y cuanto más se prolongue la situación actual, más sufrirán sus habitantes.

AM.MX/fm

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