Francisco Rodríguez
Cuando se supo que Gabriel García Márquez había ganado el Premio Nobel de Literatura, los ávidos reporteros de medios internacionales se desplazaron a Aracataca para entrevistar a los contemporáneos del autor que conocieron el entorno en el que se crió el famoso escritor del insulso realismo mágico.
Preguntaron extrañados a sus paisanos por qué el colombiano ya tenía tiempo de no publicar, después de que había aparecido su obra cumbre, Cien años de soledad. La respuesta, entre otros, de la mamá, fue: “no sabemos, porque su abuelito que le contaba todo, ya se murió”. Las supuestas historias no eran conocidas ni vividas por él.
Álvaro Mutis, un literato colombiano con toda la barba, siempre desdeñado por las lujosas academias de premiación, sostuvo que un sujeto que se aprovechaba de lo que le contaban era sólo un eco ocasional, pero no se le podía juzgar, como los suecos hicieron con García Márquez, como una vivencia cultural. Había siglos de distancia.
La noticia recorrió el mundo. Muchos opinaron que lo del colombiano galardonado era sólo un fraude. Había sospecha fundada de que desde que salió muy niño de Aracataca, jamás había regresado allá. Era un reproductor de cuentos, nunca un novelista rompedor. Algunos lo impugnaron, pero pudo más la corriente de los elogios.
Algo parecido sucedió cuando Elena Poniatowska sacó a la luz La noche de Tlatelolco, una crónica de los acontecimientos del ’68 que había copiado de Los días y los años, alterando el contenido del autor, Luis Gonzáles de Alba, quien sí era preso político del diazordacismo y le había autorizado plagiar pasajes, que no respetó textualmente. Se avizoraban ya los perfiles de las fusilatas de Peña Nieto para que un “negro” le redactara su tesis de licenciatura.
La realidad no puede ser desmentida, cual apenas intentó Meade
Hay políticos, sedicentes abogados y periodistas que tienen una trompa más larga que la de Falopio. Que juran por ésta las sospechas razonables –así les llaman ahora– de que algo pasó o no pasó, sin tener testigos ni datos duros de la realidad que usufructúan. Hay otros, profesionales, que hablan de lo que saben, porque lo han visto y vivido.
La vida de los primeros es la que puede catalogarse como una sospecha, jamás razonable, pues está comprobado que lo es. Es el indicio para seguir algún juicio por plagio… o por desfalco. Además, está abierto para todo el mundo. La sospecha no es como el embarazo. Éste es o no es, pero no está sujeto a suspicacia.
Por ejemplo: cuando alguien sostiene que Peña Nieto es un ratero, no se está refiriendo a una sospecha razonable. Simplemente está reproduciendo algo que la opinión pública, por sí y por miles de testigos, puede motivar, razonar, fundar y comprobar. Lo demás, es bisutería, fuegos de artificio. La realidad no puede ser desmentida, cual apenas intentó José Antonio Meade quien no pudo aprobar el Tercer Grado. La sospecha, sí, absolutamente.
Sospecha razonable, incluida en el Código de Procedimientos Penales
Recelar que tenemos un gabinete presidencial de bandidos no puede ser el eje de una sospecha razonable. Es casi la prueba de que el aserto es real. La sospecha razonable es sólo un retintín demoníaco inventado por quienes desde la Corta ven que la Ley de Seguridad Interior, en sus contenidos más furiosos y represores, no puede pasar…
… y entonces, concluyen, es el momento de poner en el Código Nacional de Procedimientos Penales la figura de la sospecha razonable, un instrumento a modo para llevar a cabo sus ansias inocultables de masacrar a cualquier adversario, del que las autoridades sospechan que es culpable en Angangueo y van a detener en Iztapalapa con lujo de fuerza.
Sometiéndolo y demostrando ante propios y extraños que la sospecha razonable viene del tolete, la cachiporra o la bayoneta, de ningún otro lado, y que después de torturado y vejado, tendrá derecho a probar que era inocente. Jamás a respetarle las garantías individuales de expresión, reunión o manifestación que se asientan sobre reclamos fundados.
Cebo de un sistema en agonía, se protege con delaciones e ilegalidad
En un país como el nuestro, con más de cien millones de pobres y hambrientos, según las cifras oficiales del Inegi, se ejecutan las sospechas razonables del patrón, jamás las averiguaciones consistentes en que usted es inocente hasta que se le pruebe lo contrario, como sostiene el sistema constitucional y todas las leyes habidas y por haber.
La sospecha razonable es el cebo ideal para un sistema que ya no puede ni debe sostenerse, sino en base a la delación, la infamia y la persecución sin ataduras legales. El invento jurídico que nos faltaba para que el toluquismo desesperado suelte los perros de presa sobre todos nosotros.
Así, el Código penal de marras, más las reformas al Código Federal de Procedimientos Civiles que establece las bases para sancionar penalmente a todo aquél que sostenga que algún fruncionario de Pachuca o de Atracomulco es ratero, más la Ley de Seguridad Interior, son las pinzas de tres mangos para apretarnos, enjuiciarnos y enchiquerarnos, en el momento en que decidan hacerlo.
Vuelven por sus fueros la sedición, la rebelión y la incitación al motín
La sospecha razonable es la forma de volver a hacer vigente en nuestro sistema de justicia –así le llaman ahora– aquellas acusaciones de delitos de sedición, resistencia a la opresión, rebelión, incitación al motín, muy en boga durante el gorilato, que costaron miles de vidas. Vuelven por sus fueros.
Con unas Fuerzas Armadas avitualladas con los últimos aparatos de represión, hoy en desuso en el gabacho, pero que aquí importamos con el dinero del pueblo, más los moches de rigor para los favoritos y descastados, en cada embarque de armas mortíferas y obsoletas. Una vergüenza nacional que debe ser juzgada. La ley debe empezar a aplicarse en casa, como se recomienda a todo buen juez.
Con chantajes a los favorecidos reclutan para la causa de Meade
Todo puede caber en la sospecha razonable a favor del régimen de excepción del mexiquismo. Desde que el no ejercicio de la acción penal contra los rateros Duarte en Veracruz y Chihuahua es una orden que vino desde Los Pinos, para no alebrestar a los que pueden empinarlos en todos los trastupijes…
… hasta que la ejecución del comandante de la policía tamaulipeca que encabezó la captura del socio de Peña Nieto, Eugenio Hernández, ex gobernador de la nueva clase política de Atracomulco, a punto de ser extraditado a los Estados Unidos y puesto a disposición de los señalamientos del narcotraficante Joaquín “El Chapo ” Guzmán…
… o que las fortunas mal habidas de los secretarios seccionales de la CTM y de cualquier lidercillo que haya acatado las consignas de Peña Nieto están depositadas en sumas escalofriantes en el Banco Multiva, de Vázquez Raña. O que las cantidades incalculables de Polito Rodríguez, el máximo líder de la CTM, se han hecho a base de los sueldos y prestaciones de los trabajadores de gasolineras, distribuidores de gas, empleados de todo tipo de empresas de servicio, y todo lo que se mueva.
O que el ex secretario de Sagarpa, el malandrín José Antonio Calzada, ha sido designado líder del Movimiento Territorial del PRI para chantajear y reclutar a la causa de Meade en base a los créditos, favores, alivianes y sobornos recibidos.
¿Los equivocados? Quienes dicen lo que el régimen no quiere oír
En la práctica mexicana los únicos que se equivocan en sus sospechas razonables son los que dicen aquello que el régimen no quiere oír. Esas sospechas sólo tienen un futuro cierto: criminalizar a quien las sostiene y las evidencia. La dictadura rampante. La feroz lucha contra la verdad.
La realidad sólo puede imponerse a base de votos razonados y sostenidos. No tenemos de otra.
¿Está usted listo para sostenerla en las urnas el primero de julio?
Índice Flamígero: De no haber dedicado más del 50% de su tiempo ante el micrófono a Andrés Manuel López Obrador en el programa de Tercer Grado, de Televisa, las propuestas de Meade –algunas hasta inteligentes– habrían surtido efecto en los televidentes que prefirieron, en su gran mayoría, mejor ver al propio AMLO en la entrevista que le hiciera Javier Alatorre. Las redes sociales fueron el mejor termómetro de esta comparecencia de dos de los aspirantes a la Presidencia de la República, el puntero y el colero. Como tendencia, se impuso #AMLOenAzteca. El #MeadeEnTercerGrado quedó en segundo lugar. Lo más chusco de la noche: que Meade haya confesado tácitamente ¡que le escribieron un libro!… pero que los ojeis aún no le habían dicho cual sería el título. + + + Bajo el título “La fortuna del Niño Verde“, don Rubén Mújica Vélez escribe: “Somos por naturaleza olvidadizos. Esta famiglia tuvo la suerte de emparentar con el doctor Emilio Martínez Manautou, abuelo materno del ‘Mocoso Verde’ que con Díaz Ordaz fungiera como secretario de la Presidencia. Ahí se derivó una graciosa concesión al padre del ‘Bebé Muerde’ para proveer al Instituto Mexicano del Seguro Social de los refrescos ‘Pascual’ pero en todo el país. Una de esos que en el mundo burocrático parecen menores favores pero que originó el despegue de esa familia. De ahí pa’l real. No sabemos cuántas más concedió Martínez Manautou, el tamaulipeco que soñaba con vivir en ¡Suiza! Tuvo visos de triunfo por La Grande cuando un grupo de universitarios, entre ellos Víctor Flores Olea, suscribió un texto que titularon algo así como ‘Martínez Manautou o la crisis’. Fracasado y amargado el galeno por perder ante Echeverría, La Silla (o ‘doña Leonor’, como se decía entonces) tuvo premios menores: Gobernador de su entidad, en donde fue más que notoria su preferencia por Suiza en lugar de la Ínsula Barataria de los ‘pelaos norteños’. Pero conservó influencias. Después, el padre del ‘Niño Muerde’ promovió, con una jerigonza barata, la ‘novedad’ de la Ecología y tuvo la payasada de vestirse de ‘Chapulín Colorado’, poner una enorme alberca de hule en el Zócalo y lanzarse ‘temerariamente’ al agua. Ridículo, pero con la ambición de obtener la que sería la Nueva Secretaría de un tema en boga y… de nuevos miles de burócratas que no sabían con qué se ‘comía’ ese tema. No se la dieron. Mejoró la famiglia y súbitamente nació ‘Don Simi’ tío del ‘Niño Muerde’ y después la historia es más que conocida. Acá en Oaxaca hace cosa de 12 años casó la ‘brother’ del ahora ya ‘Viejo Muerde’. Boda suntuosa en Santo Domingo como la de tantos arribistas a la nómina gorda. Solo que de regreso en el avión, atiborrado de caros manjares y tragos, sirvió un ‘banquete’ asqueroso a todos los viajeros. Después se originó el ‘affaire’ de la extranjera que ‘se cayó’ de uno de sus caros pentahouses, creo que en Cancún: el ‘accidente’ no tuvo consecuencia alguna para el ‘destacado político’ y en fin, el uso del membrete político que le cedieron a la famglia, le ha permitido enriquecerse en grande y demostrar que su ideario ‘ecologista’ es un disfraz para hacer muchos millones. Todo un caso de un zángano que ha vivido a expensas del pueblo al que desprecia y al servicio del PRI y de todos los ocupantes de Los Pinos. Algunos de ellos, y eso lo comprobé, odiaban su ambición desmesurada, pero necesitaban el membrete ecológico que por su falsía, ha sido desdeñado por organizaciones ambientales de prestigio mundial. Esa es en resumen una parte de la historia de uno más de los enriquecidos a la sombra de gobiernos que para conservarse en el candelero suman a sus huestes a los ‘pirrurris’ de ese negocio político. Una microhistoria más de la reseña de la infamia que explica la desigualdad horrenda que padecemos — un puñado de gordos y millones de hambrientos– y que nos aboca a la violencia social y ¡ojalá!, a la transformación de este mundo corrupto y hediondo, por la vía pacífica… aunque los ‘pacíficos’ enquistados en el presupuesto invoquen a la Santa Violencia.”
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