Luis Alberto García / Moscú
*Francia, Croacia, Bélgica e Inglaterra, entre los cuatro primeros.
*Brasil, Argentina y Uruguay, campeones mundiales, para afuera.
*Fundaron la Copa América en 1916, pero no hay monarca desde 2002.
*Alemania, España e Italia la han obtenido en 2014, 2010 y 2006.
*La cantante Anitta atribuye a un hechizo la eliminación brasileña.
*Modric, Courtois y Kane, entre los mejores jugadores del torneo ruso.
Brasil, Uruguay y Argentina han sido los máximos representantes del futbol latinoamericano desde 1930, cuando se inició la disputa de la Copa Jules Rimet, que, a partir de 1974, en Alemania, pasó a llamarse Copa FIFA, ganada desde entonces por ocho representaciones europeas a lo largo de los últimos doce torneos mundialistas.
En los últimos 44 años, Brasil la obtuvo en 1994 y 2002, y Argentina en 1978 y 1986, mientras el resto de los títulos mundiales se han repartido entre Alemania en 1974, 1990 y 2014; Italia en 1982 y 2006; Francia en 1998 y 2018; y España en 2010.
En las últimas cuatro justas han vencido los europeos, sin que América Latina haya metido las manos y sin sacar adelante el prestigio demostrado en el balompié internacional, no obstante haberse adelantado a todos los países del orbe cuando, en 1916, hace más de un siglo, dio ejemplo con una novedad convertida en copa continental.
En suma, que las más evidentes muestras de la decadencia latinoamericana se vieron en la Copa FIFA / Rusia 2018 –Chile, rey de Sudamérica por primera y única vez en 2016 ni siquiera asistió-, cuando ningún equipo de esa región logró colocarse ni siquiera entre los cuatro primeros lugares, ocupados por Francia, Croacia, Bélgica e Inglaterra.
Hace tantísimo tiempo, con un torneo que conmemoraba el centenario de la Independencia argentina –mientras los europeos se sumergían en el trágico baño de sangre que fue la Primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918- con una victoria de Uruguay dio comienzo la Copa América, el hoy añejo proyecto del uruguayo Héctor Rivadavia Gómez, fundador de la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol).
La Asociación Argentina de Futbol (AFA) organizó el evento en Buenos Aires, el cual fue aprovechado por Rivadavia Gómez para exponer una idea ante los representantes brasileños, chilenos y uruguayos, quienes de inmediato la aprobaron para su realización, bajo el nombre oficial de Campeonato Sudamericano de Futbol Copa América.
Venciendo a los argentinos en su propia casa, tuvieron en José Piendibene a su primer anotador, y con 43 participaciones en cien años, el pequeño Uruguay también sería el primer campeón del mundo en la I Copa Jules Rimet, disputada en Montevideo en 1930, además de ganarle (1-2) la final a Brasil en 1950.
Así arrancó la primera competencia internacional de selecciones que se disputaba en el mundo, ganada nuevamente por los charrúas en 1917, haciendo ver que hacía su aparición una potencia deportiva, que retuvo el trofeo, consistente en una copa de plata diseñada por el joyero bonaerense Juan Escasany, con valor de tres mil francos de la época.
Paraguay, que ganó la Copa América en 1953 y1979, apareció en 1921 en el selecto grupo y entonces fueron cinco los participantes, sumándose Bolivia en 1926, para ser monarca en 1963; Perú en 1927, campeón en 1939 y 1953; Ecuador en 1945 y Venezuela hasta 1967, debido a que, se argumentó, en esta nación no había tradición futbolística suficiente para entrar al elenco sureño.
En 1987, la Conmebol ordenó disputar la Copa América cada dos años, ganada esa vez por Argentina, reglamentándose además que fuesen diez las asociaciones participantes e invitando a dos equipos de otras partes del mundo, de preferencia de la Confederación de Centroamérica, Norteamérica y el Caribe (Concacaf) –México y Costa Rica estuvieron en 2011- y, ocasionalmente, de la asiática.
En contraste a sus buenas actuaciones en cinco Campeonatos Mundiales de futbol y por extraño que parezca, Brasil no tiene la supremacía en la Copa América, debido a lo cual, la cantante carioca Anitta, sensación musical del gran país, cuyo nombre real es Larissa de Macedo Machado, dijo: “La seleçao necesita justamente bailar mi ‘cuadradinho` para vibrar y así sacudirse el hechizo que la eliminó de Rusia”.
Bélgica lanzó ese hechizo en Kazán, sacando a la verde amarela de la competencia con un autogol de “Fernandinho” y una atajada antológica de Thibaut Courtois en el tiempo de compensación, dejando en el camino a un cuadro que llegó como favorito, con augurios más que optimistas, luego de una eliminatoria sudamericana en la que, gracias a Agenor Bacchi, “Tite”, lució como en los buenos y viejos tiempos.
En 102 años, la Copa América fue ganada por Argentina en catorce ocasiones y Uruguay en quince, en tanto que los brasileños solamente tienen ocho campeonatos y once subcampeonatos regionales, en detrimento de un deporte que, demás está decirlo, es la alegría y religión de un pueblo noble y conocedor, cuyo producto mejor acabado ha sido Edson Arantes do Nascimento, “Pelé”, el goleador de 1959, con ocho tantos en su cuenta personal.
De cualquier forma, esas tres selecciones han sido los gigantes del torneo sudamericano, y no solamente por sus logros históricos, sino porque siempre se ubican entre los equipos con mayores posibilidades en las contiendas internacionales, a excepción del torneo ruso, de donde todos fueron echados en cuartos de final.
Uruguay quedó en cuarto sitio en Sudáfrica 2010, y Diego Forlán fue considerado el mejor delantero de ese torneo; pero en Brasil 2014 ya no fue lo mismo, con el agravante para Latinoamérica de que, el 8 de julio de ese año, Brasil fue invisible frente a una demoledora Alemania que, en juego memorable, venció (1-7) en el “mineirazo”, en la peor derrota del pentacampeón en su historia.
La tradición de los llamados tres titanes y admirables campeones mundiales del pasado empezó desde el año fundacional, con Argentina como organizador y Uruguay ganador, y aunque llegaron a tener el mismo número de trofeos, la albiceleste, ya con Román Riquelme, Gabriel Batistuta, Leonel Messi, Javier Zanetti y Javier Mascherano, en años recientes obtuvo los suyos más decorosamente.
Los uruguayos ganaron uno en 1959, a pesar de que la copa no estuvo en juego, aunque sí se desarrollaron los partidos correspondientes –como pasó en 1916, 1935, 1941, 1945, 1946 y 1956-; sin embargo, tantos años transcurridos, más de una centuria completa, demuestran que jugadores con tanta calidad –de exportación, la mayor conocida de todas las épocas- no han funcionado como era de esperarse.
En Rusia, el croata Luka Modric fue “Balón de Oro”; el belga Thibaut Courtois, recibió el “Guante de Oro”; y el inglés Harry Kane resultó el goleador mundialista, sin que los latinoamericanos aparecieran como fue antes, y ahora entre desatinos y carencias, lejos de las candilejas que antes les dieron lustre y esplendor.