jueves, marzo 28, 2024

ESTADO DE LOS ESTADOS: ¿Cuál soberanía?

Lilia Arellano

“El hambre es un incendio frío”: Pablo Neruda.

  • ¿Cuál soberanía?
  • Grave dependencia alimentaria de México
  • El país depende del pollo de EEUU y Brasil
  • O. Sánchez Cordero marcha con campesinas

Tras más de tres décadas de políticas neoliberales, México tiene alrededor de 50 por ciento de dependencia alimentaria con el exterior, pues se establecieron y siguieron políticas de abandono al campo. El país está a merced del chantaje alimentario, principalmente del gobierno de Estados Unidos, pues compra del extranjero alrededor de la mitad de los comestibles que consume y es la segunda nación importadora de alimentos per cápita después de Japón. Para no sufrir dependencia alimentaria, un país debería producir 75 por ciento de los alimentos que consume, señala la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

México requiere la autosuficiencia alimentaria para tener garantía de que la especulación en los mercados internacionales no le peguen a la economía del país y al bolsillo de la gente. Sin embargo, la política agroalimentaria aplicada por los gobiernos federales de 1994 a la fecha no ha incrementado la producción, subraya la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano). Entre 1985 y 2011 se dejaron de sembrar 2.5 millones de hectáreas, lo que a su vez ha generado que la importación de comestibles sea cada vez mayor. De 2007 a 2012 las importaciones de alimentos fueron 65.5 por ciento superiores a las del sexenio 2000 a 2006. En los recientes 20 años, la dependencia de México de las importaciones para satisfacer la demanda interna de los principales granos, oleaginosas y forrajes ha crecido. Para el 2014, 79 por ciento de arroz, 50 por ciento del trigo y 22 por ciento del maíz consumido en el país provino del exterior.

El año pasado, el gobierno mexicano desembolsó 2 mil 710.4 pesos por tonelada de maíz adquirida a Estados Unidos y por las 16.5 millones de toneladas que compró pagó poco más de 44 mil millones de pesos, cantidad que se pudo haber invertido en más de un millón de hectáreas en el sureste del país para producir el maíz que se requiere.

Nuestro país está dentro de los 10 principales importadores de alimentos, debido a diversas causas: una de ellas, la más importante se encuentra en la integración a los mercados internacionales, la presencia de grandes compañías alimenticias o la necesidad de importar para satisfacer el mercado local. Por cada tonelada de alimentos que México exporta, importa a su vez 1.8 toneladas. Estados Unidos, en cambio, sólo importa 0.33 toneladas de alimentos por cada tonelada exportada.

Un caso emblemático son las importaciones de carne de pollo de Estados Unidos y Brasil, las cuales están desplazando la producción nacional. En los últimos 10 años, la entrada de pollo se ha incrementado más del doble, al pasar de 204 mil 167 toneladas en 2008, a 517 mil 279 toneladas en 2018, un aumento de 150 por ciento, de acuerdo con los datos de la Unión Nacional de Avicultores (UNA). Hace 10 años, más del 98 por ciento de la carne de pollo importada provenía de Estados Unidos, pero, a partir de 2013, Brasil aumentó su participación, la cual pasó de 5 a 17 por ciento, en 2019.

En 2013, la Secretaría de Economía abrió un cupo unilateral –con vigencia hasta el cierre de este año- para importar carne de pollo por un monto de 300 mil toneladas, el cual fue aprovechado por Brasil. A la fecha, las importaciones ya representan el 15 por ciento del consumo total de carne de pollo en México. El impacto ha generado que se dejen de producir 250 millones de pollos, equivalentes a 13 mil 363 millones de pesos, y se pierdan 7 mil empleos directos y 83 mil empleos indirectos. “Al ingresar este producto, que está subsidiado, estamos dejando de generar empleos, estamos dejando de generar inversión, y todo este producto que entra no paga impuestos”, señaló César Quesada, presidente de la UNA.

Los dos casos más problemáticos para el sector son la entrada al país de pierna y muslo de pollo proveniente de Estados Unidos, y pechuga de Brasil. El producto estadounidense es el que causa más daño a la industria, pues se permite que entre a México a precios dumping, ya sea porque se comercializa por debajo del costo o por debajo del precio de mercado de ese país, lo cual es una práctica de comercio desleal. Del total de las importaciones de carne de pollo, la pierna y el muslo han ocupado por años una mayor participación porcentual. En 2018 sumaron 356 mil 889 toneladas, cerca del 69 por ciento del total.

En cuanto a la pechuga de pollo, hace 10 años la participación de esta pieza era apenas de 4.3 por ciento, pero al término de 2018, registró una participación superior al 20 por ciento. En el último año, México importó, en total, alrededor de 117 mil toneladas de pechuga, ya incluyendo el filete de pollo, mientras que en 2008 se compraron apenas 8 mil 779 toneladas.

Habrá de tomarse en cuenta la cadena de importaciones generada. El huevo ya también se consume importado y las grandes cadenas comerciales acaparan mucha de la producción total lo cual provoca un manejo de precios permanentemente a la alza. La crianza para el autoconsumo tanto avícola como piscícola y aquella relacionada con las verduras quedó eliminada con las consecuencias y la hambruna registrada y cuyos porcentajes van en aumento. Sin duda será un éxito enfocar la mirada al campo y lograr de nueva cuenta satisfacer las necesidades del consumo local y, por supuesto, exportar.

OLGA SÁNCHEZ MARCHA CON CAMPESINAS

Cientos de mujeres del Frente Auténtico del Campo (FAC) marcharon de la Secretaría de Gobernación al Monumento a la Revolución. Olga Sánchez Cordero, titular de la Segob, se unió a la movilización la cual avanzó sobre Bucareli con banderas verdes y blancas.

Las féminas del campo están agrupadas en la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC), la Unión Nacional de Trabajadoras Agrícolas (UNTA), la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) y el Movimiento Social por la Tierra (MST). Los contingentes llegaron de los estados de Veracruz, Colima, Sonora, Querétaro y Chiapas, entre otros.

Verónica Cano, integrante de la CODUC de Querétaro, informó: “venimos a pedirle al gobierno que siga apoyando al campo y a los proyectos de mujeres, nosotros queremos tener proyectos productivos, pero el gobierno quiere cancelar el recurso a nuestras organizaciones”.

El acompañamiento de Sánchez Cordero a la marcha fue calificada como una buena señal por parte del dirigente de la UNTA, Álvaro López Ríos, quien en febrero pasado denunció el nuevo gobierno había desatado una persecución contra organizaciones civiles. “En su calidad de mujer tomó una decisión, seguramente consultada con el Presidente, y este es un gesto muy importante que contribuye al empoderamiento y emancipación de las mujeres rurales”.

DE LOS PASILLOS

A pesar de los operativos implementados en los municipios considerados conflictivos, no se ha podido bajar la delincuencia en algunas jurisdicciones y centros turísticos, admitió el presidente Andrés Manuel López Obrador “En Juárez, por ejemplo, donde también hay operativos, no se ha logrado una disminución. En centros turísticos no hemos podido bajar la incidencia, por ejemplo en Cancún, no, si en Acapulco”. El tabasqueño insistió: el panorama cambiará con la entrada de la Guardia Nacional. Hasta este jueves 26 Congresos locales han aprobado la reforma para crear esta agrupación, por lo cual confió en que la próxima semana cuenten con la unanimidad de los estados…

La revista británica The Economist señala: el presidente Andrés Manuel López Obrador “salpica dinero en sus primeros 100 días. Pesos a la gente”, titula. El gobierno del morenista ha duplicado los beneficios de pensión y ha hecho que más personas sean elegibles para ello, además, los funcionarios tienen prohibido canalizar dinero a través de los intermediarios. Ahora todo el apoyo del gobierno “se entregará directamente a los beneficiarios”. Esto tiene una recompensa política. Sin embargo, la revista señala que parecer generoso mantendrá su popularidad solo si mantiene otras promesas, especialmente reducir el crimen y la corrupción y mantener la economía fuerte.

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