jueves, marzo 28, 2024

ENTRESEMANA: Flores Escalera, ¿candidata a Coahuila?

Moisés Sánchez Limón

En efecto, no hay mexicano que no sueñe con el poder y menos cuando está en el dintel de hacer realidad el sueño. Bueno, por lo menos llegar a la nominación.

Sin embargo, la forma en que se construyen las candidaturas entraña algo más que los sueños de un ciudadano. Los grupos de poder, sabemos, arman sucesiones desde el mismo día en que el personaje elegido rinde protesta en el cargo. Y Coahuila no es la excepción, donde el clan Moreira no se irá del poder por obra y gracia del desprestigio.

Entre los aspirantes a suceder a Rubén Moreira hay pesos completos que han hecho carrera en la política estatal pero igual se han curtido en las grandes ligas nacionales. Y ese es un factor fundamental, aunque no necesariamente el requisito indispensable para buscar la nominación.

En octubre próximo se abrirá el año electoral y entre los aspirantes a la candidatura del PRI al gobierno de Coahuila –Estado de México y Nayarit son los otros dos estados en los que habrá relevo de gobernador—se apuntan Miguel Ángel Riquelme Solís, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez y los diputados federales Jericó Abramo Masso y Javier Guerrero García.

No había, incluso en una encuesta levantada por Consulta Mitofsky hace un par de meses, salvo algunas menciones tangenciales, el nombre de una coahuilense con reales posibilidades de contender por la nominación priista.

Jericó rehúye hablar de sucesión, pero Javier Guerrero se apuntó desde hace rato. “No, no, de eso no quiero hablar”, me respondió Jericó cuando, hace unas semanas le pregunté si en su futuro estaba la candidatura. En contraste, a Javier Guerrero, a la pregunta de si se anota en pos de la nominación respondió: “¡Claro!”

Pero, en los primeros minutos del sábado último, en el coahuilense Club de Tobi irrumpió la senadora Hilda Esthela Flores Escalera, mediante una entrevista que le hizo Ana María Lomelí, en el espacio denominado Al Filo que se transmite entre la media noche del viernes y el inicio de la madrugada del sábado en el Canal 13 de TV Azteca. Un horario de nivel estelar.

Vale reiterar la máxima de que en política no hay casualidades, porque casualmente se armó una entrevista con la senadora, que ya ha sido diputada local en dos ocasiones y federal en la LXI Legislatura, amén de lideresa del PRI en Saltillo, con un tema que no es nuevo pero, además, abordado de manera tangencial porque, como pateando un bote de pronto Ana María Lomelí dio pie para que Flores Escalera hablara de política-política.

Fue en exceso de desconocimiento, de entrevistada y entrevistadora, del fondo del tema de la entrevista –desperdicio de alimentos—pero de vasta amplitud en cuestión de política nacional y, por supuesto, de la estatal.

Lomelí dio pauta con aquello de las mujeres en el poder y la senadora apisonó la respuesta en el hecho de que solo hay una gobernadora, Claudia Pavlovich en Sonora, de quien dijo le da orgullo sea una mujer priista en ese encargo. Pero sólo una gobernadora.

“Es el tiempo de las mujeres. Es un orgullo que Claudia Pavlovich sea gobernadora, pero es fundamental que haya mucha más participación de las mujeres en todos los ámbitos”, refirió y, en una especie de destape en pos de la nominación tricolor, con esas entrelíneas comunes a los políticos, habló de ella.

“La política es para mí una vocación; he venido avanzando con altas y bajas; nada ha sido fácil”, dijo en la entrevista y luego Lomelí le puso el punto ad hoc:

–¿Alguna anécdota en la que hayas determinado que la política no era lo tuyo?

–Desde adolescente la política es mi pasión y vocación. Más de la mitad de mi vida ha sido servir a mi país y a mi estado. He venido avanzando con altas y bajas. Nada ha sido fácil. Lo que me pasó no fue en un ambiente favorable a mí alrededor; dije a alguien: cómo hay gente que pone piedras y obstáculos. Me dijo: “¡así es esto! Con mucho orgullo, estoy aquí”.

Seguramente se refería a aquellos días cuando fue lideresa del PRI en Saltillo y el entonces secretario de Gobierno de la administración de Enrique Martínez, Raúl Sifuentes, quiso imponerse a las aspiraciones de Humberto Moreira.

Y, bueno, la tarjeta curricular de Flores Escalera la ubica integrante de ese grupo que la impulsó al trabajo legislativo desde el año 2000 cuando fue diputada federal suplente, hasta llegar a las ligas mayores en el Senado, desde donde ha abierto sus cartas.

La estrella de los Moreira ha ido en franco declive a partir de los escándalos de Humberto, el profesor bailador que ya probó el sabor de la prisión, en Madrid. La ruptura con su hermano Rubén, quien se negó a cargar el lastre de la mala reputación, tema que incluso hoy le cierra las aspiraciones a Álvaro Moreira Valdés.

Por ello, el ascenso de la senadora Hilda Esthela Flores Escalera, significaría un tanque de oxígeno para aquella familia que buscó e hizo de Coahuila un coto de poder que, sin embargo, despilfarraron en poco tiempo.

Lo cierto es que el impulso brindado a la senadora, que toma como pivote esta mala entrevista que tuvo, empero, la virtud de instalarla en el espacio de los aspirantes a la nominación del PRI al gobierno coahuilense, no tiene como remitentes a los hermanos Moreira, mucho menos a su cercano entorno.

Hay, sí, colaboración de ciertos priistas dados a ser oficiosos, desde el Legislativo en especial, que en esta ocasión han servido a un interés de altísimo nivel para placear y posicionar a la senadora como una fuerte candidata a la nominación del PRI.

Una recomendación a los operadores de las grandes ligas: No expongan a la senadora al ridículo. ¿Quieren apisonar la ruta a la nominación para convertirla en gobernadora? Hay otra estrategia y esperen la embestida panista y de los malquerientes. Digo.

LUNES. ¿Mudanza en Los Pinos? ¿Alguien hace el cochinito con las giras presidenciales? Luego le platico. Conste.

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