viernes, marzo 29, 2024

DE MEMORIA: Soy banquero… ¡y qué!

Carlos Ferreyra Carrasco

 

Dicen que hackearon a los bancos, vía Banco de México, el órgano central, regidor y pautador de usos y costumbres de los dueños de la lana en este país; afirman que los bailaron con 400 millones de pesos, pero otra versión eleva la cifra hasta a 820 melones.

Dicen que se supo hace 19 días en los que no pasó nada. Pero hay información de que hace tres años registraron el primer tropiezo cibernético del Banco de México sin que hubiese reacción.

La cantidad que en aquella oportunidad se llevaron entre las patas los hackers nunca ha sido informada. Pero no debió ser nada que les preocupara a los dueños de los bancos, cubiertos por diversos seguros y, más que eso, por disposiciones legales que obligan al Gobierno vía Banxico a protegerlos de toda eventualidad.

Incluyendo la posibilidad de una quiebra o desfalco. Por lo pronto, despidieron a la responsable del manejo cibernético entre bancos, lo que antes llamaban “cámara de compensación”.

Esa cobertura no ampara a los usuarios de los servicios bancarios que, de acuerdo con reciente información, han denunciado a 15 de las más importantes instituciones por malos manejos, apropiación de fondos y dicho con claridad, robo de cuentas.

Un caso comprobable porque hay demanda: en Puebla dos socios de una empresa agroindustrial acudieron a una sucursal de Bancomer para pedir nueva chequera. Tienen firma mancomunada.

No corroboraron que la libreta estuviese completa. Y no era así, le habían sustraído cinco cheques que unos días después fueron cobrados en Santa Fe, Distrito Federal, igualmente en sucursal Bancomer y con las dos firmas requeridas.

Protestado el robo de 200 mil pesos, el banco respondió que no aceptaba responsabilidad en el hecho, a pesar de que se explicó que quienes expidieron la chequera se habían robado los cinco documentos.

Parece evidente que quienes conocían las dos firmas eran empleados del banco. Y que el cobro que se hizo en la sucursal en Santa Fe, podía comprobarse mediante las grabaciones de videos que fueron negadas incluso al juez que conoció el asunto.

Para mayor gloria bancaria, el dicho juez, sin consulta, dictaminó que las firmas eran auténticas, a pesar de que son tan iguales que sin duda fueron calcas en los cinco cheques. El fallo fue favorable al BBVA Bancomer que así se levantó con ese dinero aunque, al parecer, los ganones fueron empleados de mostrador protegidos, quizás asociados con los jefes de la sucursal Puebla.

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