miércoles, abril 24, 2024

CONTINÚA LA MASACRE

Jorge Meléndez Preciado

Para Tom Wolfe y su “Periodismo canalla”

Hace un año  asesinaron a Javier Valdez Cárdenas  (15 de mayo), el notable escritor y periodista que denunció el narcotráfico  que se vive  en su natal Sinaloa y su ausencia, asimismo,    ha ensombrecido el panorama de la libertad de expresión en el país. Y como en la inmensa mayoría de los casos- más del 99 por ciento de los mismos- no hay una investigación seria del asunto y los autores intelectuales siguen tan campantes, desgraciadamente.

El 19 de mayo de 2017, Enrique Peña Nieto aseguró que se protegerían mejor a los tecleadores. Palabras al viento como en la ocasión que reunió ante  los gobernadores en Palacio Nacional y afirmó que habría medidas para evitar la matanza de reporteros.

En 2017  hubo 11 compañeros a los que les fue arrebatada la vida sin ningún castigo de por medio a sus homicidas. Y ya van cuatro en este 2018, el más reciente: Juan Carlos Huerta en Tabasco. Según el reportero Víctor Sámano, en Radio Educación, Huerta trabajaba en Radio Acir, había logrado una licencia radiofónica y elaboraba  su proyecto;  además,  nunca tuvo que ver con asuntos de nota roja y era más bien cercano al inepto gobernador,  Arturo Núñez. No obstante lo liquidaron.

42 compañeros han sido asesinados en el gobierno de Peña Nieto. Nada se mueve para evitar que los borren del mapa, aunque hay organismo por muchos lados que dicen, en el presupuesto, defender a los informadores. Pero es sólo ficción, ya que el Mecanismo de Protección, la Feadle y otras agrupaciones  no funcionan, sino únicamente son cascarones. Por eso México está junto a Afganistán y Siria como líderes  en el número de víctimas  trabajan para  dar a conocer qué ocurre en sus naciones.

En Sinaloa van siete compañeros  acallados y un desaparecido: una vergüenza total.

En el caso de Javier Valdez, coeditor de la imprescindible revista Río Doce y corresponsal de La Jornada, el 23 de abril de este año detuvieron a Heriberto Picos, motejado El Koala, quien supuestamente participó  en la caza de Javier Valdez. Otro, Luis Idelfonso Sánchez, fue ultimado en Sonora en 2017. Y el tercero de los que aparentemente  estuvieron  en la siniestra  acción, Juan  Francisco N, alias El Quillo, ni siquiera ha sido aprehendido o llamado a declarar.

Una forma muy peculiar de  aclarar (sic que se ríe de la justicia) los  acontecimientos que cimbraron las redacciones de México, Estados Unidos y Europa. Aunque el subsecretario de Gobernación, Renato Sales Heredia hubiera dicho que a Valdez lo habían matado por su trabajo de investigación acerca  del crimen organizado. Algo evidente, pero que no fue tan grotesco como en el caso de otros que se decía se dedicaban a otras profesiones, estaban en el lugar equivocado o se cruzaron en el momento menos conveniente. Opiniones propias de quienes intenta ocultar que la matanza de periodistas es algo que no quita el sueño a Peña Nieto y sus adláteres.

Claro, ellos saben que tiene a una inmensa mayoría de los medios comprados, por eso este sexenio erogará más de 50 mil millones de pesos en propaganda.  Y, Aurelio Nuño en la SEP, gastó  en publicidad  dos mil 680 por ciento más de lo aprobado por el Congreso, el que le destinó 70 millones de pesos en publicidad  en 2017 y el dispendiosamente llegó a mil 963 millones de pesos, cinco millones al día. Algo que le trajo elogios desmedidos y ahora lo metió en problemas por ser el vocero de Meade.

Pero en otros terrenos también la República está herida y se le quiere echar sal y limón a la cicatriz  para que sufra más. Recientemente Jenaro Villamil (Proceso, número 2167) informó que a través de maniobras judiciales se pretende que Joaquín Vargas de MVS, gane el juicio por daño moral  que tiene en contra de la periodista Carmen Aristegui por un prólogo que hizo ella  en el libro: La Casa Blanca  de Enrique Peña Nieto, la historia que cimbró a un gobierno (Peguin Radmon House). Mediante presión  a los jueces.  Incluso desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se pretende que el beneficiado por el gobierno con concesiones para explotar la banda de 2,5 Ghz, sea el favorecido y condenada la periodista  que tiene un portal en el cual se informan cientos de miles  diariamente.

Es necesario entonces vigilar el proceder de los jueces Elisa Macrina Álvarez Castillo, Roberto Ramírez Ruiz y Fernando Alberto Casasola Mendoza para que su fallo sea realmente apegado a derecho y no como ha sido en muchos casos: proclive al dinero, las relaciones empresa- políticos y en contra de los trabajadores.

Para MVS, según Jenaro Villamil, Aristegui utilizó  calificativos insultantes y denigrantes  en contra de Vargas (sic que usa bombín y bastón)  y su familia. Algo que resulta casi paranoico.

Señala bien Ricardo Raphael de la Madrid (El Universal, 14 de mayo) hay un temor por el regreso de Carmen a la radio, pero también de aceptarse una sentencia en contra de ella los límites de la libertad de expresión se  harán más pequeños, ya que opiniones acerca de hombres poderosos no se podrán realizar pues  serán tomadas como ofensas y cobradas a precio de oro, como antaño.

Por cierto, mientras en esas estamos, fuimos  enterados que el señor Virgilio Andrade, quien exoneró a Peña Nieto, cuando estuvo en la secretaría  de la Función Pública   mandó reformar un baño de su oficina en un precio de 838 mil pesos y alquiló una camioneta blindada por 70 mil pesos mensuales.

Que tal con estos peñistas que asaltan el erario para fines personales y no son molestados por nadie mientras los informadores sufren de todo.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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