sábado, abril 20, 2024

CONCATENACIONES: Problemática nueva consulta

Fernando Irala

Una nueva consulta popular anunció el Presidente López Obrador, esta vez para definir si se echa a andar o no una termoeléctrica ya construida en la comunidad de Huexca, en Morelos.

La inversión de la planta es de unos veinticinco mil millones de pesos, y su puesta en marcha es vital para satisfacer una demanda que durante este año está ya muy cerca de la capacidad instalada de generación.

Así se decidió, a fines del año pasado, el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, cuando según las cifras de los organizadores, un millón de votos fue suficiente para echar a la basura una inversión de cien mil millones de pesos, cuatro veces más que la planta generadora de energía eléctrica ahora cuestionada.

Entonces se cuestionó la validez de una consulta que no cumplió los parámetros y requisitos plasmados en la Constitución, que no fue organizada por el Instituto Nacional Electoral, y cuya conclusión afecta a todos los mexicanos.

Se dijo al respecto que la consulta no era organizada por el gobierno, puesto que el Presidente Electo aún no tomaba posesión. Ahora sí, hace más de setenta días que está a cargo, pero no parece que se vayan a cumplir las formas previstas en las leyes.

Y aunque el Presidente en esta ocasión se muestra contrario a cancelar la obra, el método implica el riesgo de que ante la apatía de la mayoría, unos cuantos activistas determinen la destrucción de la infraestructura que el país necesita.

Los opositores a la planta, básicamente vecinos de la zona, le han recordado al Presidente que él mismo apoyó hace unos años la cancelación de la obra, y desde ahora rechazan la consulta, programada para dentro de un par de semanas, lo que significa que no admitirán un resultado favorable a la apertura.

Y ya sabemos cómo es esto en la cultura de la protesta popular mexicana: quienes no quieren la termo, como le llaman, intentarán bloquear la ya de antemano cuestionable y cuestionada consulta; después desconocerán los resultados y probablemente bloquearán la planta para que no entre en operación, o cerrarán las carreteras aledañas para forzar la decisión.

Luego vendrá el pasmo, como el que ya se vive en Michoacán, bloqueadas sus vías férreas por los maestros de la CNTE.

Porque ni modo de reprimir a nadie. Eso no está en el horizonte.

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