martes, abril 23, 2024

CHISPAS: ¿Que sabemos del día de Muertos?

 Adonay SOMOZA H.
¿QUÈ SABEMOS DEL DÌA DE MUERTOS? Recibimos información referente al Día de los Fieles Difuntos o Día de los Muertos, revelando que la tradición de rezar por los muertos se remonta a los primeros tiempos del cristianismo, en donde ya se honraba su recuerdo ofreciendo oraciones y sacrificios por ellos. Según la religión católica, cuando una persona muere ya no es capaz de hacer nada para ganar el cielo; sin embargo, los longevos sí podemos ofrecer nuestras obras para que el difunto alcance la salvación.
El fervor de familiares o amigos se desborda a partir de la primera semana de noviembre; ocasión propicia para que los comerciantes dupliquen sus ingresos blandiendo el argumento del “día de Difuntos”. Precisamente los arreglos florales se incrementan durante el período del 1 al 2 de noviembre, siendo común observar en los panteones, como las familias suelen lavar y decorar las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas y girasoles, entre otras; pero principalmente de cempaxúchitl las cuales, se supone atraen y guían las almas de los muertos. Casi la mayoría de todos los sepulcros reciben infinidad de visitas, provenientes de la CDMX o del interior de la República Mexicana.
Que nos delegan las leyendas: que la flor de cempaxúchitl es símbolo del resplandor del sol, consideraba como el origen de todo, y según la creencia popular sirve de guía a todas las almas para indicarles el rumbo por el cual llegar al que fuera su hogar. Curiosamente, en el poblado de Huaquechula, ubicado en el estado de Puebla, no se utiliza la flor de cempaxúchitl, sino que las tumbas se adornan con nube y gladiola.
El porqué de las ofrendas y la supuesta visita de las almas. Se entiende que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre, y que la de los adultos regresan el día 2. En el caso de que no sea posible visitar la tumba, ya sea porque ya no existe la tumba del difunto o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla; también se elaboran detallados altares en los hogares donde se exponen las ofrendas, que pueden consistir en platillos de comida, el tradicional pan de muerto, vasos con agua, mezcal, tequila, pulque o atole; cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto lo descrito es colocado junto al retrato de los difuntos, rodeados develas o veladoras.
Remembranzas de la persona difunta: El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre. Dicha imagen se instala en la parte más alta del altar; se coloca de espaldas y frente a ella se coloca un espejo, para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos y estos vean a su vez únicamente al difunto. Que nos revela la costumbre de encender doce cirios: Aunque pueden ser menos, tienen que ser en pares, y preferiblemente de color morado, con coronas y flores de cera. Los cirios, sobre todo si son morados, son señal de duelo. Los cuatro cirios en cruz representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa aparte de agua y sal.
El porqué de la Cruz: La cruz utilizada en la mayoría de los altares, es un símbolo introducido por los evangelizadores españoles, con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas, como la veneración de los muertos. Y Para recordarle su fe, ya que el Miércoles de Ceniza se utiliza la frase: “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás”; aludiendo que retorna a la tierra de la que salió. La cruz se coloca en la parte superior del altar a un costado de la imagen del difunto y esta puede ser de sal, ceniza, tierra o cal.
Y para los deudos, amantes de los postres: Calabaza en tacha: La calabaza (Cucúrbita moschata. Cucúrbita moschata es el nombre botánico de esta especie perteneciente a la familia Cucurbitácea) De ella se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas. En el altar se prepara como dulce, llamado calabaza en tacha porque el recipiente usado en la fabricación del azúcar se le llama “tacho”; la calabaza se confitaba en las calderas en que se fabricaba el azúcar: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar o con otros ingredientes, según el gusto de quien cocine.
Segmentos de la historia: Los indígenas representaban una gran fiesta, en la primera luna llena del mes de noviembre, para celebrar la terminación de la cosecha del maíz. Ellos reputaban que ese día los difuntos tenían autorización para regresar a la tierra, a celebrar y compartir con sus parientes vivos, los frutos de la madre tierra. Para los aztecas la muerte no era el final de la vida, sino simplemente una transformación. Creían que las personas muertas se convertirían en colibríes, para volar acompañando al Sol, cuando los dioses decidieran que habían alcanzado cierto grado de perfección.
Mientras esto sucedía, los dioses se llevaban a los muertos a un lugar al que llamaban Mictlán, que significa “lugar de la muerte” o “residencia de los muertos” para purificarse y seguir su camino. Los aztecas no enterraban a los muertos, sino que los incineraban. Anualmente, la primera noche de luna llena en noviembre, los familiares visitaban la urna donde estaban las cenizas del difunto y ponían alrededor el tipo de comida que le gustaba en vida para atraerlo, pues ese día tenían permiso los difuntos para visitar a sus parientes que habían quedado en la tierra.
La costumbre azteca ha quedado prácticamente intacta; pero le dieron un sentido cristiano: El día 2 de noviembre, se dedica a la oración por las almas de los difuntos, se visita el cementerio y junto a la tumba se dispone un altar en memoria del difunto, sobre el cual se ponen objetos que le pertenecían, con el objetivo de recordar al difunto con todas sus virtudes y defectos y hacer mejor la oración. El altar se adorna con papel de colores picado con motivos alusivos a la muerte, con el sentido religioso de ver la muerte sin tristeza, pues es sólo el paso a una nueva vida. Un legado histórico: Los aztecas fabricaban calaveras de barro o piedra y las ponían cerca del altar de muertos para tranquilizar al dios de la muerte.
Los misioneros, en vez de prohibirles esta costumbre pagana, les enseñaron a fabricar calaveras de azúcar como símbolo de la dulzura de la muerte para el que ha sido fiel a Dios.
Simbolismos: El agua que se instala[AS1]  sobre el altar simboliza las oraciones que pueden calmar la sed de las ánimas del purgatorio y representa la fuente de la vida; la sal simboliza la resurrección de los cuerpos por ser un elemento que se utiliza para la conservación; el incienso tiene la función de alejar al demonio; las veladoras representan la fe, la esperanza y el amor eterno; el fuego simboliza la purificación.  Los primeros misioneros pedían a los indígenas que escribieran oraciones por los muertos en los que señalaran con claridad el tipo de gracias que ellos pedían para el muerto de acuerdo a los defectos o virtudes que hubiera demostrado a lo largo de su vida.  Estas oraciones se recitaban frente al altar y después se ponían encima de él. Con el tiempo esta costumbre fue cambiando y ahora se escriben versos llamados “calaveras” en los que, con ironía, picardía y gracia, hablan de la muerte. 
Sugerencias para algunos creyentes: Halloween o Noche de Brujas: Halloween significa “Víspera santa” y se celebra el 31 de octubre; esta costumbre proviene de los celtas que vivieron en Francia, España y las Islas Británicas. Ellos prendían hogueras la primera luna llena de noviembre para ahuyentar a los espíritus e incluso algunos se disfrazaban de fantasmas o duendes para espantarlos haciéndoles creer que ellos también eran espíritus. Orientaciones de la Iglesia Católica: Si alguien quiere participar en el Halloween y pedir dulces, disfrazarse y divertirse, cuidarse de no caer en prácticas anticristianas que esta tradición promueve y tener presente elevar plegarias por los muertos y a los santos… Fuente. Tradiciones México
PRÒXIMA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE OAXACA. Mensaje para los viajeros que contemplen vacacionar en Oaxaca, anotemos en la agenda de pendientes que del 4 al 12 de noviembre será celebrada la Feria Internacional del Libro Oaxaca. Y tengamos presente que anualmente se fija un tema específico, y el de este será “Frontera y Migración”, con el que se organizarán 30 mesas, charlas y presentaciones de libro, y aunque parezca increíble, con la participación de 40 académicos; periodistas y escritores que han vivido personalmente la experiencia o se han colisionado con fronteras.
Además, habrá varios homenajes; dos dedicados a importantes damas de la cultura: la escritora Elena Poniatowska y la fotógrafa Graciela Iturbide. Y dos más, de manera póstuma, al caricaturista Eduardo del Río “Rius” y al periodista Sergio Gonzáles Rodríguez.
Sobre las actividades, tanto en la sede principal de la Alameda de León como en sus foros alternos, se realizarán más de 400, sitio en que encontraremos presentaciòn de libros, conferencias, conciertos, exposiciones y talleres, distribuidas en los programas: Literario, Infantil y Juvenil, Suena la FILO, FIL Oando y Actividades Profesionales. Fuente: Feria Internacional de Oaxaca.

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