viernes, marzo 29, 2024

ARQUEOLOGÍA POPULAR: “Okay computer, nos vamos en control manual”

Carlos Becerril Torres

La primera generación de descendientes de la boom generation nacida durante la séptima década del siglo pasado tuvo una perspectiva opuesta a la de su padres.

Por principio, la construcción del mundo desde una visión mágico-religiosa era una concepción retrógrada. La era de Acuario había quedado aplastada por la expansión del universo — la luna quedó atrapada sin salida en la Séptima Casa y Júpiter no se pudo alinear con Marte—. La lectura de cartas dejó su calidad de mecanismo de referencia en la predicción del futuro y pasó a formar parte del concepto matemático de las probabilidades infinitas o de la teoría de juegos. Ni siquiera la lectura de la Sopa de Letras quedaba como fuente segura de adivinación sobre el destino del hombre.

Adolescentes y jóvenes nacidos al lado de una fuerte y sólida formación en la mejor tradición del rock complementaban su educación informal con las series televisivas del tipo Viaje a las Estrellas, El Ascenso del Hombre, Nova, Cosmos —la serie de Carl Sagan—; los libros de Richard Dawkins, todos leídos, anotados y dejados, a la deriva, fuera de su lugar en los libreros; desde luego, consumieron toda la literatura de ciencia ficción disponible y, por supuesto, las seis novelas de Douglas Adams, sobre los viajeros intergalácticos publicadas entre 1979 y 1992.

El nombre de Marvin, proveniente del marciano de los Looney Tunes, vino a descender sobre la imaginación de Douglas Adams y así Marvin es el nombre de su androide paranoico.

El grupo inglés Radiohead tomó al androide paranoico y tituló una de las canciones del álbum OK Computer. Y no conformes con ese préstamo es de señalarse que el título del álbum proviene de una célula de diálogo del Viajero Intergaláctico, primera novela de Adams.

En su momento, y veinte años después —2017—, Ok Computer es un referente, al establecer los alcances y límites de un álbum clásico. Por principio, sobrevivió a las doce semanas de vida y alcanzó la meta del doble platino.

Ok Computer tiene múltiples maneras de apreciarse. Una de ellas es apreciar como la música y efectos electrónicos especiales se emulsionan y obtienen un compuesto pleno de sonidos nuevos al amasar instrumentos tradicionales y efectos electrónicos.

Los temas, las letras y las palabras de las canciones contenidas en el álbum pueden tener múltiples aplicaciones. Pueden ser textos libres, abiertos a cualquier interpretación. Son también, ideas y pensamientos colocados arbitrariamente y sometidos a la voluntad vocal de Thom Yorke. Sirven de fragua al sonido de los instrumentos o al de los efectos. Las palabras, temas, obsesiones empleadas en las letras de las canciones también definen las preocupaciones de un segmento poblacional de ese momento histórico o pueden ser la visión muy personal del mundo a cargo de Thom Yorke.

Como todo álbum considerado clásico necesita tener características internas y externas únicas y distintivas. Por las externas, sobresale el diseño gráfico de la portada y las páginas interiores a cargo de Stanley Donwood.

El empleo de diversas tonalidades de azul parece indicar introspección en lugar de explosión y pirotecnia acústica, musical y sonora. El diseño de las páginas interiores está lleno de enigmas cotidianos a descifrar o a darles nueva aplicación. Las letras de las canciones caladas en blanco y con una configuración propia de un texto en computadora son elementos visuales de permanente referencia al título del álbum, a manera de anclajes.

Ok Computer estaba orientado hacia el futuro. Una parte está asentada en lo analógico y la otra deja ver el paisaje del futuro digital.

En cuanto a la orientación analógica todos los miembros del grupo han reconocido en diversas entrevistas el influjo proveniente de Pet Sounds, Sgt’s Pepper y Bitches Brew. No obstante, ya sea por influencia o coincidencia, es imposible dejar de asociar Ok Computer con la sonoridad de la Sinfonía Turangalila de Oliver Messiaen al alternar timbres instrumentales con las ondas Martenot y comparar la similitud y simetría, utilizados por Radiohead en el álbum.

Nigel Godrich, el ingeniero de sonido, y partir de ese momento, el productor de todos los álbumes de Radiohead, es quien compartió la visión de ir hacia adelante en cuanto a la búsqueda de nuevas sonoridades y empleo de la tecnología digital. Su presencia en la consola de grabación y mezcla contribuyó a darle coherencia y continuidad a la complejidad sonora del álbum.

Las múltiples mezclas y efectos electrónicos de sonido, al emerger y desaparecer en la atmósfera del álbum son recursos de énfasis y ornamento sobre los diversos elementos que componen el tejido tonal. Sus creadores son conscientes de que ningún acorde de Mi Bemol puede igualarse al ser producido de manera artificial por un proceso digital. El contacto de las manos con las cuerdas, el teclado, las baquetas, parches de cuero o las boquillas nunca podrá ser reproducido artificialmente.

Desde el primer momento en que Ok Computer llegó a manos de fans y críticos la reverencia, respeto y reconocimiento no ha cesado a lo largo de éstos veinte años. Por cualquier ángulo o perspectiva de acercamiento, ya sea por las letras de las canciones, la música, el diseño gráfico o los efectos; cada vez que se reproduce siempre aparece algún nuevo sonido o efecto musical nunca antes percibido o atendido. Es un álbum inagotable como todos los clásicos que llevan ese nombre.

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